martes, 16 de diciembre de 2008

NERÓN - EL INCENDIO DE ROMA

Gran incendio de Roma
De Wikipedia-



Se conoce como Gran Incendio de Roma al incendio que arrasó parte de la ciudad de Roma durante el verano del año 64, reinando Nerón como emperador. Su auténtica significación y alcance son motivo de disputa, ya que las fuentes primarias, principalmente el historiador Tácito, que tratan sobre el incendio son pocas, y se contradicen en ciertos aspectos. No obstante, parece claro que el incendio se inició o la noche del 18 al 19 de julio del año 64, o la noche del 19 de julio, y que la ciudad ardió por espacio de al menos cinco días. La destrucción que causaron las llamas fue importante; según Tácito, cuatro de los catorce distritos de Roma fueron arrasados, y otros siete quedaron dañados. Algunos monumentos de la ciudad, como el templo de Júpiter y el hogar de las vírgenes vestales fueron pasto de las llamas.
Quizá lo más relevante del gran incendio fueran sus consecuencias. Por un lado, la historiografía cristiana señala este hecho como la raíz de la primera persecución a los cristianos, ya que, tras el incendio, Nerón culpo a éstos de haber provocado el fuego, y muchos cristianos fueron ajusticiados por ello. Por otro, en el espacio liberado por las llamas Nerón se hizo construir uno de los símbolos de su megalomanía, a saber, la Domus Aurea, la Casa de Oro, un palacio de proporciones desmedidas y de gran lujo que ocupó buena parte del centro de la ciudad.
Contenido
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• 1 Nerón y el gran incendio
• 2 Las versiones históricas
• 3 Nueva evidencia en la física sobre el Incendio
• 4 El Gran Incendio en la cultura popular



Nerón y el gran incendio
El gran incendio de Roma, sobre todo en lo que atañe a su tamaño, es motivo de controversia por la escasez de fuentes históricas que lo mencionan. Según Tácito, que en el momento del incendio tenía siete años, el gran incendio se inició a las nueve de la noche del 18 de julio al 19 de julio del año 64. El fuego habría empezado en el extremo del sudeste del circo Máximo, en las tiendas que vendían mercancías inflamables (aceites,...), y se habría extendido rápidamente, ardiendo por espacio de cinco días. Las consecuencias del incendio habrían sido la destrucción de cuatro de los catorce distritos de la ciudad, dañando seriamente al menos otros siete. El otro único historiador vivo por aquél entonces y que hace referencia al incendio en sus escritos es Plinio el Viejo, y únicamente lo menciona de pasada, sin dar grandes detalles del mismo. Otros escritores que vivieron en la época (incluyendo a Séneca, a los historiadores Flavio Josefo, Dión Crisóstomo y Plutarco, y al filósofo ágrafo Epícteto) no hacen ninguna mención al incendio aún cuando trataran en sus libros el principado de Nerón, lo cual daría a entender la escasa relevancia que habría tenido para estos. Finalmente, el único otro comentario sobre el tamaño del incendio es una interpolación de los siglos IV ó V, que aparece en una espuria carta cristiana supuestamente enviada por el filósofo Séneca a Pablo, en la que se dice: “Ciento treinta y dos casas y cuatro manzanas de edificios han ardido en seis días; al séptimo se detuvo el incendio”. De acuerdo con esta referencia, menos de una décima parte de la ciudad -que por aquél entonces albergaba cerca de 1.700 domus privadas y 47.000 bloques del apartamentos-, habría ardido.
Respecto al incendio, historiadores posteriores (y menos serios) como Suetonio y Dión Casio (quien parece haber bebido del anterior) escribieron que mientras Roma ardía, Nerón cantó, vestido para la ocasión, el "Iliou persis" (el Saqueo de Troya). Sin embargo, según Tácito, Nerón se encontraba en Antium (actual Ancio) en el momento del incendio, y además afirma que el que Nerón tocara la lira y cantara mientras la ciudad ardía había sido tan sólo un rumor. Sea como fuere, la imaginería popular tradicionalmente ha representado a Nerón tocando el violín mientras Roma ardía, y eso a pesar de que el violín fuera inventado mil años después de la muerte del mismo.
Según Tácito, al tener noticia del incendio, Nerón regresó rápidamente a Roma y organizó un plan de ayuda y socorro para los afectados, corriendo de su propio bolsillo con todos los gastos que ello supusiera. Tras el incendio, Nerón abrió sus palacios y jardines al pueblo, para poder así proporcionar un refugio a los que se hubieran quedado sin vivienda, al tiempo que dispuso de suministros de alimentos para evitar la hambruna entre los superivientes. A raíz del incendio, también inició una reforma urbana, en virtud de la cual los edificios a reconstruir deberían guardar unas ciertas distancias de seguridad entre ellos, deberían estar construidos en ladrillo, y con fachadas principales aporticadas. Sin embargo, aprovechando el espacio generado por el fuego, Nerón también se hizo construir un nuevo palacio conocido como la Domus Aurea (la Casa de Oro), diseñada por los arquitectos Severo y Celer, y cuyo lujo y tamaño alcanzaron dimensiones proverbiales. El tamaño de este palacio es motivo de debate, ya que era considerado como un símbolo de la opresión de Nerón, y por ello sus sucesores se dedicaron a desmantelarlo y construir sobre él (por ejemplo, el famoso Coliseo fue construido sobre un gran estanque que había en el palacio, en el entorno de una estatua inmensa de Nerón, el llamado Coloso de Nerón); se estima, no obstante, que tendría un tamaño de entre 40 y 120 hectáreas. Para poder costear la construcción del palacio y la reconstrucción de Roma, Nerón tuvo que imponer nuevos impuestos a las provincias del imperio.
No está claro quién o qué causó realmente el incendio, ni si fue un sabotaje intencionado o un accidente. Según Tácito, poco después del fuego algunos romanos empezaron a culpar a Nerón del incendio. Para desviar las culpas, Nerón buscó rápidamente a los culpables, y lo halló en una secta judía, los cristianos. Los cristianos confesaron el crimen, pero se ignora si realmente eran responsables, o tan sólo un chivo expiatorio. Además, en el pasaje Tácito, haciendo gala de su famoso estilo oscuro, no deja claro si los cristianos confesaron el sabotaje o el ser cristianos. Suetonio y Dión Casio, no obstante, se decantan a favor de Nerón y culpan sin paliativos a los cristianos, a los que describen henchidos de un deseo delirante por destruir Roma. Sin embargo, dada la escasa planificación urbana, los fuegos accidentales eran bastante comunes en la antigua Roma. De hecho, Roma volvería a arder durante los principados de Vitelio (año 69) y de Tito (año 80).
De acuerdo con Tácito, Nerón condenó a los cristianos a ser arrojados a las fieras, los hizo crucificar y que los quemó para que sirvieran de antorchas. Tácito describe los hechos como sigue:
"En consecuencia, para librarse de la acusación [de haber quemado Roma], Nerón buscó rápidamente un culpable, e infringió las más exquisitas torturas sobre un grupo odiado por sus abominaciones, que el populacho llama cristianos. Cristo, de quien toman el nombre, sufrió la pena capital durante el principado de Tiberio de la mano de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilatos, y esta dañina superstición, de tal modo sofocada por el momento, resurgió no sólo en Judea, fuente primigenia del mal, sino también en Roma, donde todos los vicios y los males del mundo hallan su centro y se hacen populares. Por consiguiente, se arrestaron primeramente a todos aquellos que se declararon culpables; entonces, con la información que dieron, una inmensa multitud fue presa, no tanto por el crimen de haber incendiado la ciudad como por su odio contra la humanidad. Todo tipo de mofas se unieron a sus ejecuciones. Cubiertos con pellejos de bestias, fueron despedazados por perros y perecieron, o fueron crucufucados, o condenados a la hoguera y quemados para servir de iluminación nocturna, cuando el día hubiera acabado."


Las versiones históricas

Las versiones históricas del incendio, que discrepan entre sí, provienen de tres fuentes secundarias: Dión Casio, Suetonio y Tácito
. Las versiones primarias, que incluyeron posiblemente las historias escritas por Fabio Rústico, Cluvio Rufo y Plinio el Viejo, no sobrevivieron. Estas versiones primarias, no obstante, se describen como contradictorias y llenas de grandes exageraciones.
Así, por lo menos son cinco las historias que circulan acerca de Nerón y el incendio:


• Motivado por un deseo de destruir la ciudad, Nerón envió secretamente a hombres que fingieron estar ebrios para prender fuego a la ciudad. Nerón observó el fuego desde su palacio en la colina Palatina al tiempo que cantaba y tocaba la lira.
• Motivado por un capricho insano, Nerón envió abiertamente a hombres a incendiar la ciudad. Nerón observó desde la torre de Mecenas, en la colina del Esquilino, a la vez que cantaba y tocaba la cítara.
• Nerón envió a hombres para incendiar la ciudad, pero cantó y tocó su lira en un lugar privado.
• El incendio fue un accidente, y Nerón estaba en Ancio.
• El incendio fue causado por los cristianos.
Nueva evidencia en la física sobre el Incendio [editar]
La auténtica causa del fuego todavía se discute. Muchos, especialmente en ese entonces, creyeron que era un incendio provocado, pero nuevas evidencias sugieren muy probablemente que fue simplemente accidental. Tácito observó que el incendio avanzó contra el viento, lo que hasta avanzado el siglo pasado era considerado evidencia de un incendio provocado. Los nuevos estudios demuestran que, como un fuego grande consume el oxígeno alrededor de él, se expandirá hacia fuera para buscar más oxígeno, incluso contra el viento. Tácito también observó que el fuego se expandió a través de los templos, menos inflamables, y las viviendas de los ricos, lo que él no consideraba normal y probablemente era la evidencia para un incendio provocado también. Ahora se sabe que incluso en un edificio hecho enteramente de materiales no inflamables, los muebles pueden fácilmente prenderse si las llamas entran a través de una ventana. Esto puede conducir a que el edificio entero sea consumido. Los edificios romanos podrían ser especialmente sensibles a esto, ya que generalmente estaban bien ventilados y abiertos en patios interiores por los que las llamas podrían haber entrado. No obstante, las casas de los romanos ricos no solían tener ventanas en las fachadas exteriores.
El Gran Incendio en la cultura popular [editar]
• El programa de creación de discos ópticos Nero Burning Rom es un juego de palabras sobre gran incendio, la traducción literal al castellano sería Nerón Quemando Rom[a], y el logo antiguo es una imagen del Coliseo en llamas; aunque esto es algo erróneo, ya que el Coliseo fue construido después del incendio.
• El dúo de comediantes Wayne y Shuster personifican el asunto - Shuster (como el jefe de bomberos) se dirige a Flavio Máximo (Wayne) con la sospecha que el incendio fue provocado. En un punto, un bombero informa de que el centro comercial arde en llamas.
• La banda Italiana de power metal llamada White Skull abre su álbum 2000 "Public Glory, Secret Agony" un álbum conceptual sobre el incendio de Roma con dos minutos de sólos instrumentales llamados "arde Roma, arde".
• La banda Americana de Post-Hardcore llamada Alesana posee una canción llamada "Nero's Decay" (La decadencia de Nero) que trata sobre el incendio.













Poema de Lu.

ANAGRAMA.


No seré yo quien se queme la mano
en gélida hoguera abrasada en llamas.
Talismán de mi escena que reclama
los cálculos secretos de un tirano.

¿Dónde debe tenderse al cruel villano
de amor a Roma, cual bestia adornado
por las pieles de infieles adiestrados
en la injusta sentencia del insano?

Si sola me dejaste en el presente
al bárbaro anagrama de un extraño,
alíviame el dolor que está caliente

en el paño mojado de mi frente
la fiebre que provoca tu rebaño/redaño
por esta eternidad de duelo ausente.

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