sábado, 6 de diciembre de 2008

Con vuestro permiso.

CRONICA DEL DIA QUE ABRIERON LA ESCUELA DE MECÁNICA DE LA ARMADA.
(El campo de concentración mas cruel de la dictadura militar)

Rodolfo Walsh, in memoriam



A pesar de la incomodidad fisica producida por el jodido ciático que todavía no he domesticado marché, recontradolorido y por una exclusiva cuestión de conciencia, a la enlutada y temida Esma.
Salí a las 10 recién llego, son las 18.
Hacía muchísimo tiempo que no vivía emociones tan fuertes, tan intensamente genuinas.
Era demasiado el calor, al borde del infierno.

En blanco y negro y adheridas a las rejas, como encarando el reclamo de sus ausencias o exigiendo en el grito silencioso de la quietud fotográfica el blanqueo de sus ocultas moradas, las miradas de los miles de desaparecidos completaban la escena.

La gente, caminando por avenida del Libertador, lentamente.

Caminando.

Por Libertador.


Caminando, lentamente.

Caminando.

Por Libertador.



Adentro firmaban el acuerdo y el traspaso.

Después y en la ancha avenida perpendicular un inmenso palco-donde rendimos homenaje a los muertos-detuvo la caminata.
Elegías a los torturados (como muchos de nosotros) y a los desaparecidos (no como nosotros).
La Solita Silveira leyó un poema escrito 27 años antes, ahí mismo, por una atormentada que, entre los ayes acongojados de su escritura, temió su eléctrica muerte.
Así fue.

Después, hablaron dos muchachos nacidos allí, las madres detenidas, mas luego asesinadas. Sabemos que pentotal y...al final, al río.

Las nombraban con sus tonos de sombra. De pura presencia.
Las llamaban susurrantes...les decían....mamá....desde un palco.
Había recuperado, uno de ellos, hacía dos meses recién, su verdadera identidad.
Gracias a la de Carlotto...


Habló Néstor Kirchner: pidió perdón en nombre del estado.

Cantamos con el fuego de la solidaridad “Para la libertad”, junto a Serrat; “Todavía cantamos”, con Victor Heredia y una canción de desaparecidos de la que no sé su nombre y es hermosa, y al final y como un himno, “Solo le pido a Dios” juntos a León Gieco.

El clima generado por la energía de esa muchedumbre era inenarrable.
La gente ya no caminaba. Se había detenido, escuchando, quizás los más. Otros, a punto de llorar o llorando.

Cantamos...en realidad... creo que llorando cantamos.

Finalizó el encuentro en paz y, volviendo, dejaron al público toda la Esma...
Abrimos las puertas, las ventanas. Corrimos las cortinas, dejamos entrar el aire, la luz y la recorrimos como adueñándonos de ella, éramos miles ocupando las calles, la plaza de armas, los anexos, el inmenso hall central, donde volvimos a cantar espontáneamente el himno....como abrazando para que no se fueran las sombras de los que fueron ...sus alientos....nadie buscó desesperado, pero encontró .....encontró los ojos de todos los rojos, los silencios, las lágrimas, los abrazos... buscando.... el pecho ofrecido...esa forma tan profunda del amor.....el sentimiento incólume de fraternidad....todos abrazándonos...todos con todos, todos con los que estábamos....la compasión ...el llanto....la condolencia.....el dolor ....los ¡ PRESENTES !...los ¡ AQUÍ AÚN ESTAMOS !... los cantos de siempre en estas circunstancias....las banderas flameando..... ¡Uuauuuuuuu!...
¡¡¡¡¡¡¡ MUY FUERTE !!!!!.


Las 30.000 sombras le habían dicho a mi oído que debía ir, que el ciático bien podía esperar. Que yo estaba vivo solo de casualidad. Qué éste era un día histórico ...emotivamente especial.
Y el llanto que no podía parar sino por breves momentos.
De pie 5 horas, la carne viva otro tanto. Mi herida a borbotones.


Me despedí en la puerta de la Esma de los compañeros artistas, después de Bonazo, las abuelas, Farinello, De Genaro, las madres, amigos de los derechos humanos, toda gente con los que me encontré y estuvimos...compartimos...
lloramos.....vivimos esas horas condolidos.


Regresé caminando a casa en silencio.
Subí la cuesta de Ramallo acordándome de la carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar ¡Qué pelotas tenía!

Me acordé de Alfredo Bravo que murió sin ver la apertura, ésta era su idea original. Vivía allí, siempre muy cerca de estas cosas.

Claro, la intención es hacer un museo de la memoria y un centro cultural...está bien.. lo están logrando...


En lo que a mi respecta, poco es lo que puedo agregar, o casi nada, aún me corren los dos hilos solitarios de esas eternas e inconclusas lágrimas...

Estoy lleno de escoriaciones...del Falcon verde, las sirenas, las pistolas en los riñones, de la capucha tabicando...de Coordinación Federal...de los reflectores en la cara... los simulacros de fusilamiento ... de....
Se me hace dificil seguir narrando....


¿Del ciático?...no... de ése ni me acuerdo.
Hoy me duele el alma.

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