jueves, 18 de diciembre de 2008

España rechaza un proyecto para alargar la semana laboral

04:44Es una iniciativa del Parlamento europeo. Busca ampliar de 48 a 65 las horas laborales.

Por: Juan Carlos Algañaraz


El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, encabeza con el PSOE la lucha contra el alargamiento de la jornada laboral de las 48 horas semanales máximas actuales hasta 65 horas que impulsan los partidarios europeos neoliberales. Hoy es el día decisivo porque el Parlamento Europeo vota una nueva norma que ampliaría las 48 horas de trabajo conquistada por los trabajadores tras largos años de lucha.

En medio de la crisis generalizada que ahora golpea los equilibrios sociales y desata los inevitables conflictos políticos, surge un trascendental debate ideológico que marcara la fisonomía futura europea. En el Viejo Continente se vuelve a discutir si se mantiene el modelo de protección social, las leyes laborales y la negociación colectiva, como se consagró en el modelo que se instauró en la postguerra, o se vuelve a exaltar el mercado, las opciones liberales y la idea de que la negociación debe abarcar al trabajador y al empresario de manera individual.

Ante la crisis, se multiplican los pedidos de empresarios, "expertos" y entidades internacionales que piden una "mayor flexibilidad" lo que entienden los sindicatos como un reclamo de despido libre. Zapatero advirtió ayer que "nadie debe aprovechar el actual contexto de crisis económica para arrimar el ascua a su sardina tratando de imponer doctrinas de recorte social, de flexibilización del despido o cargando a los débiles la respuesta a la crisis".

"Esa no será mi política ya que nuestro posicionamiento en época de crisis pasa por la cohesión social. Demostraremos que se sale más fortalecido de una crisis si mantenemos nuestros principios sociales, la cohesión social y la defensa de los derechos de los trabajadores porque es la vía más justa y eficaz", precisó.

En el marco de este conflicto miles de trabajadores y dirigentes sindicales convocados por la Confederación Europea de Sindicatos desfilaron ayer ante la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo y ovacionaron al principal dirigente de la Unión General de Trabajadores española (UGT), Cándido Méndez quien pidió a los eurodiputados el rechazo de la "ley esclavitud". Méndez denunció "el atropello contra los derechos de los trabajadores que supone esta nueva regulación. Es un retroceso en las normas laborales que nos lleva del siglo XXI al siglo XIX". El lema de la manifestación sindical fue "Prioridad a los derechos de los trabajadores y no al aumento de la jornada de trabajo".

Al mismo tiempo, centenares de médicos españoles apoyados por sindicatos y estudiantes protagonizaron ayer una jornada de protesta contra la reforma que elevaría de 48 a 65 horas semanales el trabajo de los médicos europeos. Los profesionales se han concentrado en las puertas de hospitales, centros de salud y facultades de medicina de toda España. "La profesión médica no quiere ser esclava de la Unión Europea", proclama un manifiesto. El ministro de Sanidad, Bernat Soria, reiteró la tajante oposición del gobierno a la iniciativa que pretende ampliar el trabajo hasta las 65 horas semanales.

Ahora en Europa el límite de la jornada laboral semanal es de 48 horas pero una coalición que apoya las tesis más liberales,

encabezados por Gran Bretaña y los ex países comunistas,

quiere que se apruebe un desbloqueo de esa norma.

Esta alternativa permitiría que un trabajador pacte con el empresario trabajar hasta 65 horas. Se trata de una opción individual y no una negociación colectiva. "Un trabajador y un empresario no pueden pactar "libremente" porque la relación de fuerzas ampara a los capitalistas", explicó en Estrasburgo el eurodiputado socialista español, Alejandro Cercas. Si triunfa la reforma a favor de las 65 horas "no habrá leyes, no habrá convenios y será el fin de los sindicatos, de las leyes y los convenios".

Los neoliberales han organizado toda una campaña para hacer triunfar sus iniciativas y cincuenta diplomáticos de Gran Bretaña se han movilizado en Europa para hallar aliados y cambiar el modelo de un amplio espacio de protección social por otro en que se distancien las instituciones de las conquistas sociales, se "flexibilicen" los despidos y las vacaciones.

El informe parlamentario contra la iniciativa neoliberal exige que no se la acepte "porque perjudicaría de forma directa a la seguridad y la salud de los trabajadores".

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