viernes, 29 de agosto de 2008

RAFAEL DE LEON.

Homenaje a Rafael de León


Nos queda algo lejos la figura de don Rafael de León, sin embargo, su voz está muy cerca, habita entre nosotros todavía. Sirva este lugar como modesto homenaje a este poeta aristócrata castizo, nacido en Sevilla, y trovador popular como pocos, testigo de casi un siglo de historia de España. Muchos seguramente no habrán oído hablar de él, y sin embargo es posible que les suenen, nunca mejor dicho, algunos de sus versos porque es más que probable que los hayan oído cantar alguna vez, que hayan sonado en boca de tonadilleras folclóricas. Y es que don Rafael de León era, ante todo, un bardo popular, como demuestra el hecho de que sus versos le hayan sobrevivido y hayan alcanzado ese estado de gracia que es la inmortalidad.





Como dijo el poeta don Manuel Machado, el hermano del también poeta don Antonio Machado:

“Hasta que el pueblo las canta,
/ las coplas coplas no son, /
y cuando las canta el pueblo /
ya nadie sabe el autor.”


En el caso de Rafael de León, sus coplas son coplas porque las canta el pueblo y por eso ya nadie se acuerda del autor, nadie sabe que puede considerarse un miembro más de la generación literaria del 27, que fue amigo de Lorca, a cuya muerte dedicó un sentido Réquiem:

“Lo mataron en Granada,
/ una tarde de verano”), y que al igual que Lorca fue maricón declarado en una España en que, además de pecado, era delito ser homosexual. En el año de 1932, Rafael de León se traslada a Madrid bajo la influencia del músico sevillano Manuel Quiroga, y junto con el autor teatral Antonio Quintero, llegarían a formar el prolífico trío Quintero, León y Quiroga, con el que tienen registradas más de cinco mil canciones, lo que se dice muy pronto.





Nadie sabe que, a diferencia de Lorca, que murió trágicamente, Rafael de León le sobrevivió y fue bastante longevo, falleciendo en 1982 sin el homenaje que el pueblo debería haberle rendido.

Algunos de los títulos de sus canciones exploran el lado canalla de la vida, “walking on the wild side” como diría Lou Reed: Tatuaje, Ojos verdes, Y sin embargo te quiero… Tengo la teoría de que sus canciones le servían de válvula de escape para dar rienda suelta a su homoerotismo, ya que si las canta un hombre son una proclamación de amor homosexual, como refleja la graciosa rima
“compañero /
te quiero” que además refleja la lucha entre la moral y los sentimientos: no debería quererte, porque está mal visto, porque está prohibido… pero te quiero, compañero. Eso es lo que dice una de las más populares:






Eres mi vi(d)a y mi muerte,
te lo juro, compañero,
no debía de quererte,
no debía de quererte
y, sin embargo, te quiero.



Algunos de sus versos son impagables y de gran altura poética, como estos:


Ojos verdes, verdes como la albahaca,
verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.





En ellos hayamos unas comparaciones bellísimas a mi modo de ver que nada tienen que envidiar al lorquiano y surrealista

“Verde que te quiero verde, /
verde viento, verdes ramas.”


Los ojos del amado (o de la amada, da igual, pero a menudo Rafael escribe canciones para mujeres como Concha Piquer y, por lo tanto, son canciones de amor hacia hombres) son verdes, verdes como el trigo verde. Me parece una comparación genial, ajena al tópico de que el trigo es dorado. Cualquiera que haya visto los campos de trigo en primavera, antes de amarillear sus espigas en estío, sabrá qué bella evocación hay en los versos del poeta sevillano. Puedo ver esos campos de trigo verde que parecen aguas del océano acariciadas por el viento ondulante, por una brisa que hace que muestren diversas tonalidades siempre distintas y sin embargo siempre verdes. Lo mismo sucede con la imagen del verde limón. El poeta huye del tópico del limón amarillo, prefiriéndolo verde, un verde inestable, traidor porque está a punto de madurar y dorarse, un verde con brillo de faca, como dice más adelante la copla, por lo que ni yo ni nadie puede evitar que estén clavaditos en nuestro corazón.

jueves, 28 de agosto de 2008

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Dos clases de imbancables casi letales
Ambos pertenecen al dilatado género de los imbancables que, mal o bien, debemos o nos resignamos a aguantar. Ambos resultan insoportables, también, por lo automático, por lo previsible de sus acciones. Ambos nos suelen hundir tanto en la indignación como en el tedio.

Uno es el autorreferencial compulsivo. Es la clase de persona a la que todo lo que le sucede, por más nimio que sea, le parece un acontecimiento del que debe dar noticia a propios y extraños. Y lo lleva a cabo con voluntarioso énfasis y empecinamiento.

Esta clase de imbancable no da lugar al menor bocadillo ajeno. Le resulta tan trascendental todo lo que le ocurre que ni se le pasa por la cabeza percatarse que quizá a sus semejantes les suceda algo. En su estrechísimo universo, el avatar más común -ir al cine, salir de vacaciones, temer por la inseguridad, conversar con un hijo- adquiere rasgos de epopeya que él se cree en la imperiosa necesidad de narrar para dar inmediato paso a la reflexión. Es decir, que al aburrimiento del relato intrascendente, debemos sumarle la monserga de la filosofía de entrecasa.

Y por cierto, nuestro tipo -¿por qué siempre se dará más en los hombres?- considerará sus gustos, costumbres y elecciones como el súmmum de la calidad en todos los planos. Consecuentemente, se podrá como ejemplo. Hace poco un sujeto de esta naturaleza me pontificaba que toda persona debía -como había hecho, claro, él- cambiar al menos tres veces de oficio o profesión en su vida. Casi con vergüenza le confesé que no lo había hecho ni proyectaba hacerlo. Fue igual: de cualquier forma no me prestaba la menor atención.

El otro es el que se podría llamar el psicópata ultrasensible. Es el que -y aquí las mujeres dan la impresión de correr parejas con los señores- hace del maltrato y la desconsideración casi un culto cotidiano y, de golpe y porrazo, ante una acción perfectamente legítima que no lo roza más que oblicuamente se da por ofendido y nos lo reprocha como si le hubiéramos inferido el más bárbaro de los insultos.

Aquel que no pide jamás permiso para nada, no se le cae un por favor de la boca ni por casualidad, que nos somete a urgencias que le son propias pero pagamos otros, de improviso se da por injuriado y exhibe una sensibilidad de doncella trémula cuando ya nos había acostumbrado a sus modos perentorios de barrabrava.

Con los cual, como buen psicopatón, nos descoloca a la vez que nos manipula y casi sin que nos demos cuenta, tan brusco e inexplicable nos resulta la mutación entre aquel que nos atropellaba con éste que se manifiesta profundamente herido por un movimiento nuestro que no quería ni debía afectarlo, ya que ni siquiera le concernía. Pero, bueno, aquí el psicópata ultrasensible usa su mejor arma: la sorpresa. El ataque es tan repentino que nos deja suspendidos en el pasmo.

Que nadie es perfecto lo requetesabemos. Pero hay algunos tan intolerantes como intolerables. ¿Por qué se reproducen aquí con tanta facilidad y nos tocan religiosamente siempre a nosotros?

(Publicado en la columna Disparador de Clarín el miércoles 27 de agosto del 2008)
Marcelo Moreno.
Un trabajo que empieza a las cinco


Convertir una afición en profesión no deja de ser un servilismo doloroso, porque cuando el arte que llena el espíritu acaba siendo un medio de vida, necesariamente tiene que perder sinceridad.


Siempre me ha parecido más bonito lo que hace un aficionado que la perfección de un profesional. Porque el aficionado, despojado de egoísmos materiales, busca el placer estético donde los otros encuentran una solución de sus necesidades humanas.

El aficionado consciente de su condición, jamás hará concesiones a los demás, ni caerá en la monotonía de convertir el arte en oficio. Al revés: Cuando más sólo esté más orgulloso se siente y con más profundidad vive lo que hace.

Tienen vibración sentimental los tres naturales de esos que llamamos "señoritos del toreo" que la faena completísima de cualquier figura. Aunque aquellos lo hagan delante de una becerra y éstos tengan la responsabilidad del toro, del público y de la vida en juego. La gran faena de un gran torero es un eslabón más de la dilatada cadena de aciertos. Y los aplausos son el lógico premio del trabajo bien hecho.

Pero esos tres naturales de la becerra pueden ser el principio y fin de un hermoso sueño. Y aunque el sueño tenga segundas partes, los tres naturales quedarán clavados en el alma del recuerdo con su fondo de gente y de paisaje, con precisión de fecha, de hora y de matices.

Cuando pasen los años y la gente, cuando se muera la becerra, y cuando el protagonista no tenga más horizonte que un despacho o una vida cercada por ataques de reuma, en su alma seguirán teniendo ritmo aquellos tres naturales, aquella tarde y aquella encina que a él le parecía asomada a la placita para verlo torear.

Cuando el toreo deje sus miedos en la naftalina de unos trajes con el oro envejecido, volverá a ser aficionado y se perderá también por los senderos de la evocación, deteniéndose un poco en cada una de aquellas 30 o 40 faenas que tuvieron importancia. El torero, igualado en canas con el señor del despacho y del reuma, tratará de soñar con lo que fue y lo que pudo ser. Pero aquella faena perdida entre otras cuarenta hermanas gemelas, será una sensación imprecisa, traducida al presente. Será el camino grato de 40 pases convertidos junto a otros 6.000 en un cortijo y un batín de seda. O será el remordimiento de verse "sin tabaco" y volver la vista con pena hacia las tardes de gloria que no fue capaz de cuajar en un bienestar por culpa de la "mala administración".

No es lo mismo la obligación que la devoción. No es lo mismo torear por vocación que vivir de torear. Convertir en deber algo que nos gusta es uno de los mayores sacrificios del hombre.

Imaginaos la lucha de algunos toreros cuando llegan las cinco en punto de la tarde y no tienen más remedio que salir a matar dos toros. Y tiene que ser forzosamente a las cinco en punto de esa tarde calurosa. No cabe esperar a la inspiración. No cabe dejar el ensayo para mañana como hacen los cómicos cuando están de mal humor. O escribir el artículo por la noche. Tampoco sirve cambiar de tema o elegir el que más convine: tienen que ser los dos toros de todas las tardes que saldrán como a ellos les dé la gana sin que el hombre tenga más salida que explicar ante ellos una ciencia, al mismo tiempo que a los tendidos debe llegar un conjunto de armonías y emociones.

A esta constante preocupación le faltan todavía esos cientos de kilómetros que separan un plaza de otra, ese dormir sin dormir, mecidos por los baches de la carretera; y por si falta algo, puede un hombre pasar así tres o cuatro años y acabar debiéndole 20.000 duros al apoderado.

No es fácil ser torero. No es tan bonito como piensan algunos tener por oficio algo que antes ha sido sólo un ideal poético.

Si a los que son figuras del toreo los dejaran volver a empezar (sin el fantasma de los millones por medio) se conformarían con ser aficionados. Con torear de tarde en tarde, con muchas vísperas delante de cada faena y muchos días después para recordarlas pase a pase, como se recuerda la primera tarde de amor o el primer día que nos fugamos del colegio para fumar el primer cigarro.


Por eso hay tanta diferencia entre el aficionado y el profesional
. Entre el poeta que sueña y recuerda y el hombre sin nervios que ha convertido el arte en oficio. Porque, para muchos, torear no es más que eso: un trabajo que empieza a las cinco en punto.

Alfonso Navalón

lunes, 25 de agosto de 2008

RENÉ GIRARD

ENTREVISTA A RENÉ GIRARD, PENSADOR, ANTROPÓLOGO DE LA RELIGIÓN
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´El cristianismo es la verdadera globalización´.

Desde la publicación de sus primeras obras, René Girard ha conmocionado el mundo cultural de la misma manera que Gandhi lo hizo con el político por su radical defensa de la no violencia. René Girard es uno de los pensadores más influyentes de la actualidad. Sus ensayos sobre antropología religiosa, su especialidad, han provocado fuertes polémicas, especialmente en Francia, su país de origen. Ahora publica en España ´Veo a Satán caer como el relámpago´ (Anagrama), y vuelve a incidir en el papel de las víctimas.




ENTREVISTA A RENÉ GIRARD, PENSADOR, ANTROPÓLOGO DE LA RELIGIÓN.

Por CHRISTIAN MAKARIAN

René Girard ha dedicado años y estudios a analizar las religiones desde el punto de vista de la antropología. En esta entrevista, René Girard habla del carácter "no violento" de la Biblia, una característica que, en su opinión, la diferencia de los mitos y del resto de religiones, tal como afirma en su ensayo "Veo Satán caer como el relámpago", de reciente aparición.

-Ha inventado usted prácticamente una disciplina curiosa: la antropología de la religión. ¿Nos podría dar una explicación escueta?
-


La antropología que intento desarrollar es específica de la religión. Se basa en el crimen fundador y en todo lo que ello comporta. A partir de ahí, me intereso por las reglas originales de nuestra cultura, que reposa esencialmente sobre los ritos y las prohibiciones, y también por nuestras instituciones, que son un producto indirecto de lo religioso. Ahora bien, por más que trate de las religiones, mi trabajo no tiene en esencia nada de religioso. Al contrario, puesto que convierto lo religioso arcaico en el resultado de un error de interpretación de lo que llamo el "fenómeno victimario".

Mi punto de partida es el siguiente: el acto fundamental de la sociedad primitiva, que está en el origen de la nuestra, es la designación de una víctima, un chivo expiatorio, y el fomento de la ilusión de su culpabilidad con el fin de permitir la salida de toda clase de tensiones colectivas.

A continuación, esta ilusión se convierte en fundadora de ritos, que la perpetúan en el tiempo y mantienen unas formas culturales que desembocan en instituciones.

--¿Cómo llegó a esta teoría? -

-Algunos amigos estadounidenses dicen que estoy influenciado por el contacto personal con la violencia racial en Estados Unidos durante mi juventud.


Lo cierto es que, al establecer comparaciones entre los mitos australianos, amerindios, africanos, europeos, norteamericanos... descubrí que el linchamiento, la ejecución de una víctima designada, no era un fenómeno textual ni legendario.

Constituye una empresa de pacificación por medio de una víctima que, cuando agrupa contra ella a todo un grupo, produce miméticamente un apaciguamiento, incluso una reconciliación. Por razones misteriosas, las sociedades han reproducido este gesto reconciliador bajo la forma de sacrificios o ritos sagrados, y esta repetición se ha convertido ella misma en una institución. Es el caso típico de la lapidación codificada por el Levítico.
Del mismo modo, los etnólogos han demostrado desde hace ya mucho tiempo que existía una forma primitiva de justicia griega por medio del asesinato colectivo. Tras lo cual se libra una lucha por el control y el dominio de ese rito esencial. Al vincular víctimas, ritos e instituciones, asistimos al nacimiento del poder político.

--Esta teoría victimaria lo ha conducido de modo natural a interesarse por la figura de Jesucristo, víctima entre las víctimas, puesto que da su vida por el conjunto del género humano.-

-En efecto, pero mis conclusiones son contrarias a las que suelen extraerse a este respecto. Hasta ahora, la mayoría de los antropólogos (e incluso un teólogo como Rudolf Bultmann) había insistido en la semejanza entre los Evangelios y otros relatos para demostrar que la muerte y la resurreción de Jesucristo sólo era otro mito más. Tanto es así que se podría decir que la causa ya está vista. Hoy como ayer, la mayoría de nuestros contemporáneos percibe la asimilación del cristianismo a un mito como una evolución irresistible e irrevocable, porque apela al único tipo de saber que nuestro mundo aún respeta, la ciencia. Por más que la naturaleza mítica de los Evangelios no esté demostrada científicamente, lo será un día u otro. ¿Es realmente indudable todo esto? No sólo pienso que no es indudable, sino que lo indudable es que no lo es. La asimilación de los textos bíblicos y cristianos a mitos constituye un error fácil de refutar.

--¿Cómo? -

-En los mitos, las víctimas son siempre culpables, porque el relato está escrito siempre desde el punto de vista del engaño y la ilusión creados por el fenómeno victimario. Porque es culpable la víctima enjuga la violencia y accede a la categoría mítica. Sin embargo, en lo judaico y lo cristiano ocurre lo contrario: la víctima es inocente.

Observe la diferencia entre Caín y Abel por un lado y Rómulo y Remo por otro. Remo es culpable, puesto que Rómulo es el fundador glorificado de Roma. En cambio, Dios pregunta a Caín: "¿Dónde está Abel, tu hermano? ¿Qué has hecho?". Dios acepta, es cierto, fundar el género humano sobre esta base del asesinato, pero se preocupa por la suerte de Abel, víctima inocente. Este rasgo es único. Sólo la Biblia "desviolentiza" lo sagrado. El cristianismo contradice de golpe los mitos.

--¿Cuál es, entonces, su definición personal del cristianismo? -

-La fe cristiana consiste en pensar que, a diferencia de las falsas resurrecciones, arraigadas de verdad en los asesinatos colectivos, la resurrección de Jesucristo no debe nada a la violencia de los hombres. Se produce inevitablemente tras su muerte, pero no inmediata, sólo el tercer día, y tiene su origen en Dios mismo.

--¿Cómo trastoca esto el orden anterior? -

-Al principio del cristianismo se encuentra un hecho esencial: todos los discípulos traicionan. Todos se ven arrastrados por el arrebato habitual que se produce contra las víctimas. Pedro representa el modelo del individuo que, en cuanto se sumerge en una multitud hostil a la víctima, se convierte también él en hostil... como todo el mundo. Y entonces todo cambia, la lógica arcaica se invierte, y los discípulos acaban por encontrarse no contra la víctima, sino favor de ella. Al contrario de lo que dice Nietzsche ("El cristianismo es la multitud"), la fe cristiana exalta al individuo, que resiste al contagio victimario.

--Para hacer más patente la diferencia entre mito y cristianismo, establece usted un paralelismo sorprendente en su nuevo libro. -

-He descubierto un asombroso relato legendario griego que habla de Apolonio de Tiana, el célebre taumaturgo del siglo II. Para poner fin a una epidemia, Apolonio señala para la vindicta popular a un mendigo repulsivo, pero completamente inocente. El desgraciado es lapidado y, una vez levantadas las piedras, se descubre en lugar del menesteroso a un espantoso monstruo que representa al demonio vencido, la enfermedad erradicada. La diferencia con el Evangelio salta a la vista. Es cierto que, al contrario que Apolonio, Jesucristo detiene la lapidación de la mujer adúltera diciendo: "El que de vosotros esté sin pecado, arrójele la piedra el primero". Sin embargo, la lección principal está en otra parte: lo que Jesucristo quiere combatir es el arrastre mimético.

Es evidente que quien desencadena el asesinato colectivo tiene una responsabilidad más grande que los otros. Por eso el Levítico obligaba que dos testigos -los testigos de cargo- lanzaran las primeras piedras para que no testimoniaran en falso. El propósito de Jesucristo es trascender esa ley, lo que engendrará la puesta en cuestión del fenómeno victimario y, por lo tanto, sembrará el desorden entre el pueblo y provocará su propia ejecución. Para acabar de colocar el mito en el lugar que le corresponde, añadiré que Jesucristo no apela aquí a ningún poder sobrenatural: no realiza ningún milagro, es el pagano Apolonio quien lo hace.

--Por lo tanto, el arrastre mimético estaría en el origen de la violencia. ¿Mediante qué mecanismos? -

-El arrastre mimético, en el estadio colectivo, es la culminación del deseo mimético que nace en el estadio individual. En la Biblia existe una concepción desconocida del deseo y los conflictos. Entre los diez mandamientos ("No matarás, no robarás", no cometerás adulterio, etcétera), el décimo contrasta con los precedentes: "No desearás la casa de tu prójimo, ni la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada de cuanto le pertenece" (Éxodo, 20, 17). Este último mandamiento se pasa a menudo por alto, pero es extremadamente importante en la medida en que se dirige al más banal de los deseos, el más común y, en apariencia, el más anodino. Dado que ese deseo es el más común de todos, ¿qué ocurriría si, en lugar de ser prohibido, fuera tolerado e incluso alentado? La respuesta es evidente: la guerra sería perpetua en el seno de todos los grupos humanos. Se abriría la puerta a la famosa pesadilla de Hobbes, la lucha de todos contra todos. Por lo tanto, para atreverse a pensar que las prohibiciones culturales son inútiles, como repiten los demagogos de la modernidad, hay que adherirse al individualismo más desmedido, el que presupone la autonomía total de los individuos, es decir, la autonomía de sus deseos. Hay que pensar, dicho en otros términos, que los hombres se ven naturalmente inclinados a no desear los bienes del prójimo. Ahora bien, basta contemplar a dos niños o a dos adultos peleándose por una fruslería para comprender que este postulado es falso y que es el postulado contrario, el único realista, el que subyace al décimo mandamiento. Se considera que el deseo es objetivo o subjetivo; pero, en realidad, reposa sobre otro que valoriza los objetos, el tercero más cercano, el prójimo. Para mantener la paz entre los hombres, hay que definir la prohibición en función de esta temible constatación: el prójimo es el modelo de nuestros deseos. Es lo que llamo el deseo mimético.

--Se trata de una explicación implacable y severísima sobre nosotros, pobres humanos. -

-El cristianismo nunca previó triunfar. Ésa es su gran fuerza.
Los primeros cristianos contemplaron incluso un fracaso muy rápido, de otro modo no habrían escrito el Apocalipsis ni creído firmemente en el fin del mundo. Al releer algunas palabras de Jesucristo, nos damos cuenta de que las relaciones más íntimas son las más amenazadas: "He venido a separar al padre del hijo", "No penséis que he venido a poner paz, sino espada...", "Yo he venido a echar fuego en la tierra, ¿y que he de querer sino que se encienda", etcétera. El cristianismo realiza una revolución única en la historia universal de la humanidad. Al suprimir el papel del chivo expiatorio, al salvar a los lapidados, al dar la otra mejilla, la fe cristiana priva de forma brusca a las sociedades antiguas de sus víctimas sacrificiales habituales. Ya no cabe dar salida al mal arrojándose sobre un culpable designado cuya muerte sólo procura una paz falsa. Al contrario, se toma el partido de la víctima al rechazar la venganza, al aceptar el perdón de las ofensas. Eso que supone que cada uno vigile al otro en relación con unos principios fundamentales, y que cada uno se vigile a sí mismo.


--Pero en un primer momento se produce un gran desorden. ¿Cómo explicar que el sistema de los valores cristianos haya podido triunfar? -

-La exigencia cristiana ha producido una maquinaria que funcionará a pesar de los hombres y sus deseos. Si todavía hoy, tras dos mil años de cristianismo, se sigue reprochando, y con razón, a ciertos cristianos que no vivan según los principios a los que apelan, es que el cristianismo se ha impuesto universalmente, incluso entre aquellos que dicen ser ateos. El sistema que se engranó hace dos milenios no se detendrá, porque los hombres se encargan de ello al margen de cualquier adhesión al cristianismo. El Tercer Mundo no cristiano reprocha a los países ricos ser su víctima, porque los occidentales no siguen sus propios principios. A lo largo y ancho del mundo, todos apelan al sistema de valores cristiano y, al final, no hay otro. >¿Qué significan los derechos humanos sino la defensa de la víctima inocente? El cristianismo, en su forma laicizada, se ha hecho tan dominante que ya no se le percibe. El cristianismo es la verdadera globalización.


Traducción: Juan Gabriel López Guix


Autor: Solidaridad.net- Fecha: 2003-11-21

TOM HODGKINSON THE GUARDIAN.

Opinión
¿Quién está detrás de la marcha del 4 de febrero?
Juan Carlos Vallejo(*) / The Guardian - Tom Hodgkinson
/ Martes 29 de enero de 2008





El siguiente artículo, que se basa en la investigación de un periodista del periodico londinense The Guardian, muestra una faceta hasta ahora muy poco o nada publicitada de los gestores de la iniciativa del 4 de febrero, que más que una jornada contra por la liberación de los secuestrados, está siendo usada y capitalizada como un plebiscito a favor de las políticas gubernamentales que privilegian el intento de rescate a sangre y fuego por sobre el acuerdo humanitario, y la agudización de la guerra por sobre la concertación de salidas políticas al conflicto social y armado en Colombia.+



• Apartado: ¿justicia, al fin?

En una profunda investigación realizada por el periodista Tom Hodgkinson para el periódico The Guardian de Londres, y que tiene a miles de usuarios del servicio en desbandada y preparando millonarias demandas, según lo precisó una fuente especializada que pidió el anonimato, se descubrió que Facebook es un arma militar de espionaje y desestabilización, creada por los sectores más extremistas de derecha (los siniestros "neocons" o neoconservadores) para captar información de los usuarios y manipularlos con fines geopolíticos y estratégicos.

Según la fuente, en Facebook participan todos los 16 servicios de inteligencia de los Estados Unidos, comenzando por la CIA, el Pentágono y el Departamento de Defensa. "Todo lo colectan y todo lo guardan. Nada se les escapa. Fotos, correos electrónicos, conversaciones, imágenes, música, etc.. Con eso establecen un "perfil" sico-socio-político de cada sujeto y así te mantienen en la mira. Una vez ingresas, ya no te dejan salir; y si lo logras, toda tu información privada queda ahí".

En la parte de explotación comercial y consumismo, según The Guardian, están comerciantes sin escrúpulos de Silicon Valley, Coca Cola, Microsoft, Blockbuster, Sony Pictures, Verizon y Condé Nast, entre otras más.

"Es un servicio que fomenta el individualismo para mantener un mayor control de la masa. Generalmente hace creer a los imbéciles que ellos son importantes y los lleva a cometer cualquier acto que los verdaderos interesados deseen efectuar sin una participación directa que los implique. No se necesita mucho cerebro para hacer parte del grupo y siempre te incentivan a reclutar más ’amigos’. Vales por el número de ’amigos’ que reclutes. No en vano son Estados Unidos y Canada y Reino Unido los países con más suscriptores", precisó la fuente. (Y los tres con tropas en la ilegal guerra de Irak y Afganistán).

Para el periodista de The Guardian, "Esto también anima un espíritu competitivo inquietante alrededor de la amistad: parece que con los amigos de hoy, la calidad no cuenta para nada y la cantidad es el rey. Entre más amigos usted tiene, mejor es usted. Usted es ’popular’, en el sentido de ser amado en las escuelas secundarias estadounidenses. En Facebook, usted puede ser libre de ser a quién usted quiere ser, mientras usted no se oponga a ser bombardeado por anuncios de las más grandes marcas del mundo. Como con PayPal; y las fronteras nacionales son una cosa del pasado".

Detrás de los títeres están los titiriteros. Conforme a The Guardian, las mentes oscuras detrás de Facebook son: "el capitalista de empresa de Silicon Valley, de 40 años, y filósofo futurista, Peter Thiel… Zuckerberg y un tercer inversionista llamado Jim Breyer".

"Thiel es un miembro de The Vanguard.Org, un grupo de presión neoconservador existente en el Internet que fue creado para atacar a MoveOn.org, un grupo de presión liberal".

"TheVanguard.Org es una comunidad en línea de americanos que creen en los valores conservadores, el libre mercado y gobierno limitado como los mejores medios de traer esperanza y oportunidad progresiva a cada uno, sobre todo al más pobre entre nosotros. Su objetivo es promover políticas que ’reformarán a Estados Unidos y al mundo’. En un mensaje del presidente de TheVanguard dijo: ’hoy enseñaremos a MoveOn, Hillary y los medios izquierdistas, algunas lecciones que ellos nunca imaginaron".


El Tiempo es vil, en su número de enero 18 de 2008, hace una apología a todos los interesados en la marcha:

"Facebook, el sitio para encuentros con amigos y familiares en Internet, ahora cuenta con más de 2.000 grupos que muestran el creciente interés de los navegantes por llevar a la Red temas relacionados con el conflicto local.

Entre ellos están ’Un millón de voces contra las Farc’ (130.000 inscritos); ’Mil personas que odian a Hugo Chávez’ (1.300 abonados) y ’Yo también quiero ver muertos a los de las Farc’ ( 8.200 usuarios).

El ingeniero de 24 años que creó este último grupo asegura que "es una forma de honrar a las personas que han sido asesinadas o secuestradas por las Farc". También hay otros que apoyan al presidente Chávez o a la senadora Piedad Córdoba.

Para inscribirse en uno de estos vaya a www.facebook.com , dé clic en ’Sign Up’, llene el formulario y cree su perfil. Luego use el buscador para hallar los grupos de interés (o personas). Una vez lo abra, deberá dar clic en el enlace ’Join this group’, para inscribirse".

¡Mentira! Quieren a idiótas útiles, carne de cañón, quién sabe con qué oscuros intereses. ¿Otro Puente Laguno pero en Colombia?

En la investigación de The Guardian hay más: "El consejero filosófico de Thiel es René Girard de la Universidad de Stanford; el es defensor de una teoría del comportamiento humano que llamó el deseo de mimetizado. Girard considera que la gente es esencialmente parecida a unas ovejas que copiarán la una a la otra sin mucha reflexión. La teoría también parecería ser probada correctamente en el caso de los mundos virtuales de Thiel: el objeto deseado es irrelevante; todo lo que usted tiene que saber es que los seres humanos tienden a moverse en multitudes".

Y en una de sus líneas sentencia: "Decir Gran Hermano (Big Brother) es decir Facebook".

¡La infame opereta ha sido descubierta! La marcha del 4 de febrero es un plan desestabilizador contra Venezuela, orquestado por el imperio y la narcodemocracia colombiana.

¡Que marchen el imperio, Uribabá y sus 40 narcocongresistas!

viernes, 22 de agosto de 2008

Agosto 21, 2008LITERATURA y MERCADO: CRÓNICAS VARIAS I.






Literatura y mercado son palabras opuestas que se repelen inmediatamente pero que se juntan en la realidad.
Es difícil el camino de la Literatura, dama honorable e impoluta, cuando se tropieza con el mercado, bandolero salvaje que la corrompe y la ultraja. Bah, dejémonos de tonterías. No es así necesariamente, lo que pasa es que todos los días parecemos acostumbrarnos menos al mundo que nos va tocando vivir. Hace 15 años, en 1993, yo tenía ocho y en mi casa estaba terminantemente prohibido leer Cien años de soledad. So pena de castigarme «feo» o, peor aún, de quitarme el resto de los libros de la biblioteca, mi abuelo José Miguel desterró el libro a lo más alto del estante que estaba empotrado en la pared de su oficina, lo que le permitía tenerlo a la vista. No le faltaban ganas de quemarlo o de hacerlo picadillo, pero no podía porque el ejemplar ni siquiera le pertenecía: la que leía a García Márquez en la casa era mi mamá, y a mi abuelo le provocaba tragarse el libro cuando lo veía, porque lo consideraba plata botada a la basura. Para su desgracia, mi mamá no tenía solamente Cien años… sino una biblioteca completa del Nobel, que incluía títulos que yo en ese entonces no entendía del todo muy bien, como De viaje por los países Socialistas…



Bien dicen que lo prohibido es lo atractivo, porque a pesar del profundo respeto que sentía por mi abuelo y de que él hizo las veces de mi padre, yo corría cada que podía a buscar el libro, a fisgonear entre sus líneas la verdadera razón por la cual él me gritaba ofuscado, desde la sala: «¡Que no agarre sumercé eso!¡Que ya le dije que eso no se lee en esta casa!» Y, efectivamente, no lo pude leer durante siete años más. Ese y todos los demás libros del mismo autor permanecieron vedados, porque a mi abuelo era mejor tenerlo feliz: si se enojaba era capaz de acabar hasta con el infierno, y las pocas veces que me sorprendió leyéndolo salía refunfuñando y vociferando por la casa que ¡por qué nadie le obedecía!, que ¡todos se habían empeñado en faltarle al respeto! Mi abuela, para evitar mi curiosidad y la furia de mi abuelo, decidió guardar la biblioteca entera de García Márquez en su armario, bajo llave.


Para mi abuelo, esa literatura era una vergüenza, una literatura muy baja. Las líneas de Cien
años… parecían no haber sido escritas para mis ojos, ni para los suyos, para él la verdadera literatura era un manjar mucho más fino y elegante que eso. Durante años intenté entender su actitud y por qué ese libro no le parecía bueno. Mi abuela me explicaba con mucha paciencia, que la mamá de mi abuelo era una gran lectora, cuya biblioteca era su tesoro más preciado. Mi abuelo creció escuchando, en la voz de su madre, las historias de Edgar Allan Poe, de Balzac y de Dumas. En su casa se conmovían leyendo a Shakespeare, el Quijote o las aventuras de los personajes de Verne, a quien mi abuelo admiraba profundamente. Su mamá fue su mayor guía y quien le proporcionó todos los parámetros culturales, y lo marcó tan profundamente que él no supo o simplemente no pudo recibir con agrado lo que venía después.



Su mamá era un hueso duro de roer y era muy difícil de llegar al corazón de sus gustos literarios
. Además de prosa, también leía muchísima poesía, pero de autores que seleccionaba muy cuidadosamente. Por lo tanto, cuando le regalaban libros que ella no consideraba a la altura de los autores que normalmente se leían, entonces los desechaba como se desecha la basura, o simplemente los guardaba con la indiferencia del que sólo recibió papeles rayados.

Mi abuelo hizo lo mismo toda su vida y por lo tanto, cuando yo empecé a tomar gusto por la lectura, en la casa estaban ampliamente permitidos los Vernes, los Balzacs, los Dumas y los Cervantes. Creo que lo más raro que pude leer fue Las mil y una noches, pero porque el libro era de mi abuela. La debacle cayó sobre mi cabeza cuando en el penúltimo año de bachillerato, y en cumplimiento de una extraña ley o algo así, se nos anunció que todas deberíamos leer obligatoriamente a García Márquez durante ese período. Obviamente, la lista incluía Cien años.

Aún cuando tenía ya el libro en mis manos, mi abuelo se agarraba la cabeza y me decía que eso era literatura basura. Que yo no debía desperdiciar mi tiempo leyendo esas cosas.

Y lo decía así, como si hablara de leer la trivialidad más grande del mundo.



Para compensar la tristeza que le ocasionaba a mi abuelo pasar por mi lado y verme leer esas cosas, me vi obligada a sostener de dientes para afuera, con la mayor frialdad y sin ningún pudor, que el libro era una verdadera bazofia, que nadie podía escribir tantas estupideces juntas y que, claro, que no me había gustado. Así, por lo menos, el abuelo murió creyendo que yo era acérrima enemiga de la obra de García Márquez. Tal vez fanática no soy, y tal vez parezca exagerada la actitud de mi abuelo, pero es muy comprensible. Visto desde la mirada de un hombre que nació en 1914, a quien le dieron a «mamar» solamente de grandes clásicos, García Márquez era el equivalente a lo que hoy muchos no soportamos: literatura basura, escrita para vender como pan caliente. Un buen amigo me ha dicho siempre que lo único importante de un libro es que entretenga. Para mí eso es solo una característica apreciable.



Literatura y mercado han sido groseramente mezclados, es verdad, pero basta pensar que los libros se vuelven un producto más cuando atraviesan la frontera, delgada y frágil, que los separa de su autor y su editorial.

Calificar hoy Cien años como bazofia no solamente es peligroso, sino descabellado.


Puede gustarnos o no, pero es una obra maestra de la literatura, camino de convertirse en un clásico muy a pesar de mi abuelo.
Sin embargo, hace pocos años entendí por qué mi abuelo pensaba como pensaba. Sucedió cuando me pasaron un ejemplar del libro que hacía las delicias de los niños y jóvenes del mundo: Harry Potter. Cuando hablo mal de este libro y digo, ahí sí con plena convicción, que es una gran basura, muchos saltan a defenderlo, y la primer causa que alegan es que muchos niños en el mundo amaron y abrazaron el hábito de la lectura, gracias a que leyeron las aventuras del pequeño mago. Y si amaron leer gracias a ese bodrio – digo yo – imagínense lo que experimenté yo cuando lo primero que cayó en mis manos fueron las aventuras de los personajes de Verne. La relación entre literatura y mercado no siempre es satisfactoria, pero tampoco siempre decepcionante. Grandes obras se venden y reeditan hoy en cifras significativas. Vargas Llosa, García Márquez, Carlos Fuentes, Cortázar, Borges y Carpentier, por decir unos pocos, son, sin duda, autores que venden cantidades importantísimas y son, además, grandes autores. Coelho, J.K. Rowling, Dan Brown e Isabel Allende no lo son, pero también venden cantidades increíbles. En parte es el mercado, en parte quienes lo consumen, sin duda. El punto importante que todos nos deberíamos plantear, frente a los libros que tenemos a la mano, es si no estamos perdiendo el criterio de lo que es una «gran obra» o una «obra maestra». Nadie ha definido los parámetros, es verdad, y cada quien puede decidir buenamente, según los criterios que le parezcan, qué es un clásico, qué es una obra maestra. Sin embargo, es triste y hasta vergonzoso irse acomodando a los tiempos. Ya casi nadie se emociona con Verne, ni quiere explorar las fantasías de sus historias.



Se perdió el gusto por lo bueno, o como diría mi mamá, dejamos de comer carne, para ruñir hueso.



También es verdad que cada quien compra en la librería lo que le da la gana
. Sin embargo, hay ciertos límites que lindan en la desvergüenza. Y ciertos parámetros que realmente nos empobrecen de parámetros. ¿Por qué en el ranking de los más vendidos no están Zweig, Stendhal, Maupassant, Balzac, Flaubert, Tolstoi, Dostoievsky, Faulkner, Homero y Esquilo, el mismo Cervantes? Los conocemos de nombre, pero leerlos se ha vuelto un asunto hasta cómico. Si los lees, terminas convirtiéndote en un pesado trozo de humanidad que lee de eso. Entonces, si esta batalla entre literatura y mercado tiene una razón de ser, los primeros golpes los estamos asestando los lectores.




4 comentarios »
Estimada Laura, vía Bada leo tu blog, y ya que el tema me ocupa, escribo un comentario que espero no baje el nivel de tus reflexiones. Un saludo.

La literatura consiste en que a través de una ficción se cuente una verdad, es decir, que la ficción sólo es el medio, no el fin. Sin embargo, detrás de cierto tipo de libros no hay verdad alguna que se esconda tras la ficción. Uno se come la ficción y al final se queda vacío, detrás del endeble decorado no hay nada. Por eso el lector de este tipo de obras necesita inmediatamente leer otro, y ni siquiera se le pasa por la cabeza leer algo distinto, y al final acaban llegando a la conclusión de que la literatura es algo sin trascendencia ni importancia, algo claramente prescindible y un poco lamentable. Cuando uno trata de contar el argumento de un libro, no suele hacer justicia a lo que hay detrás del argumento, es decir, a la verdad escondida tras la ficción. Y es que si casi todas las historias están contadas, no lo están desde luego de la misma manera ni con la misma profundidad, intensidad, arte, pericia, ganas, tiempo. Baste decir que una misma historia puede ser contada de maneras distintas por un mismo escritor, y no creo que los resultados se pudieran poner bajo el mismo título. De hecho, en mi opinión, las novelas que se pueden reducir a un argumento, no suelen ser las buenas. Creo que las novelas (las buenas) tratan de cosas más abstractas, de algo que no está muy claro y que es precisamente lo que el autor ha tratado de descifrar. Pongamos entonces que las buenas novelas tienen una trama metafísica, más allá del “ella dijo, el respondió”. Dios santo, las novelas tratan de una manera imperfecta de esa cosa imperfecta que somos nosotros. No de la ficción de nuestras vidas, sino de la verdad que sustenta, o no, nuestra ficción
Comentario por Javier Salinas — Agosto 21, 2008 @ 9:41 am
LECTURAS: Muerte a los latinos





Un soberbio y ambicioso joven chileno viaja a Estados Unidos, para realizar sus estudios de maestría en Ciencias Sociales. Con una maleta llena de ambiciones y la obsesión de comerse de un bocado ese país que atrae como poderoso imán a millones de latinos, el protagonista, del que nunca se sabe su nombre a lo largo de la obra, se pierde absolutamente.

La historia es narrada por su protagonista a través de su diario íntimo. En él va recorriendo las peripecias de su día a día, como un estudiante en la Universidad de Miami, pero también como un hombre perdido, seducido por un entorno y enloquecido, no por encontrar o rescatar su propia identidad, sino por que ha sido absorbido por su personalidad explosiva.

El diario parte por Enero del año 2011, pero fue en 2007 que el joven llegó a Miami. Por el camino, fue amante de una enfermera mexicana a quien solo utilizó para satisfacciones puntuales; fue contactado a través de messenger por una lingüista ucraniana y se hizo pasar ante ella por un eminente intelectual especialista cultura latinoamericana, dispuesto a dar conferencias brillantes; se obsesionó con obtener la atención y las consideraciones de su profesor de Antropología Cultural y terminó siendo objeto del hombre y su amante, hasta que el profesor le dio la espalda; cayó en la tentación panfletista y políticamente revolucionaria que le tendió su compañero de cuarto en la residencia universitaria, pero retrocedió; se enamoró de la rubia bonita de su clase e hizo todo tipo de absurdos por atraer su atención. Quizás nada emocionante, si no es porque repentinamente, la euforia de esa vida llena de motivos para crear una imagen ante los otros, lo llevó a la locura. Los latinos residentes en Estados Unidos, que iban apareciendo en su camino: Martha la amante mexicana que era enfermera, Ernesto, el compañero de cuarto y todos sus cómplices de revolución entre los que figuraba Luisa, una peruana por la que comenzaba a sentir algo espcial, Pedro el barrendero de la Universidad, todos ellos, comenzaron a formar un mapa en su cabeza, que lo enfurecía contra el mundo, pero sobre todo, contra sí mismo. No podía evitar, al interactuar con todos ellos, mirarse a sí mismo, verse reflejado, identificar su propia miseria a veces, su propio y mucho talento en otras. La ira fue la respuesta. Hasta que terminó acabando con todas esas formas físicas que lo molestaban, en el momento de la locura máxima. Incendió el edificio de Martha, acabó con la vida del profesor e incendió la residencia estudiantil. Quería muerte para los latinos.


A grandes rasgos y tras la lectura de este libro, la sensación es de una profunda incomodidad.
Es probable que muchos sostengan que el protagonista es un amargado, resentido y racista, pero no es exactamente la metáfora del libro. Cuando el protagonista asesina y destruye, está acabando con una identidad molesta. Con un estereotipo, con una invención social, con un cúmulo de clichés que en conjunto forma lo que se llama un latino. Pero no cualquier latino, sino la idea fija del latino que va de la mano con su miseria, que la lleva a cuestas, no solo en lo material. Una miseria también interna, un despojo de su identidad, arrastrándose por la sociedad estadounidense, intentando encajar en ella.


El libro tiene un ritmo ágil y combina la escritura de diario, con párrafos extensos que reproducen el trabajo de investigación del protagonista, para su clase en la Universidad. Un trabajo que se pasea por la identidad y la cultura latinoamericanas, teniendo en buena medida como sostén, la obra ensayística de Octavio Paz. La escritura del diario está cargada de ironías, guiños a ciertos clichés en nuestra cultura como latinos, tratando de unificarnos bajo un mismo concepto, cuando Latinoamérica en su conjunto, es tremendamente diversa.

La apuesta del autor es arriesgada, puesto que la línea de acción suele estar al borde siempre del delirio, del absurdo, del pesimismo y del resentimiento, los sentimientos del protagonista que se van perfilando conforme va avanzando en su historia, pero es sorteada con éxito, para entregarnos una obra final espléndida, con un lenguaje narrativo novedoso y que explora, acudiendo al recurso de la exageración (que no es para nada un pecado utilizar) la capacidad de conversar con el lector, sin dejar de propinarle de cuando en cuando una cachetada que lo estremezca, a través de una prosa fuerte, cargada, pero no pesada y también a través de un personaje fuertemente caracterizado y muy bien construido de principio a fin y dolorosamente sincero y consecuente.

[La calidad de la obra es excelente, pero muy lamentablemente contiene un error netamente editorial y que sospecho viene del área publicitaria. Si bien nada tienen que ver las solapas y contraportadas de los libros con la calidad de estos, son decisivas cuando un lector X ó Y, se acerca para adquirir el libro en cualquier estantería. La editorial cometió la pretenciosa indiscreción de anunciar este libro, como el que hubiese escrito Cabrera Infante si fuese menos cubano ó Ricardo Piglia, si fuera menos inteligente ó José Donoso si fuera menos pituco chileno. No es abriendo con polémicas innecesarias que se ofrece un libro, al lector que desea ser atrapado por la historia. Y, por supuesto, esto perjudica directamente al autor, a quien son atribuidos los dichos e intenciones promocionales de un relacionista público o de un editor poco concentrado en su trabajo verdadero. Tirón de orejas para Random House.
LA RAYUELA EN LA CALLE DE LA GOLONDRINA
Por Ricardo Bada




Fotomontaje de Laura García


Julio Cortázar murió en París un mediodía de un día gélido, el 12 de febrero de 1984, pocos meses antes de cumplir los setenta años de su edad. Su tercera mujer, Carol Dunlop, lo había precedido dos años antes, sin haber llegado a cumplir los treinta y siete de la suya. Julio Cortázar murió hace veinte años, pero quien escribe estas líneas, que siempre que va a París acude al cementerio de Montparnasse para fumarse un faso sentado a su vera, les puede asegurar con toda certeza que Julio está muy vivo. No hay una sola vez que haya llegado ante su tumba sin encontrarme con una carta, un mensaje, unas piedritas dispuestas de acuerdo con algún sistema cronopial, un barquito de papel, unas flores, algo: nunca falta un recuerdo de quienes vienen en pos de La Maga y también van a visitar al conjurador de La Maga.


Ahí, delante de su tumba, cobran sentido las palabras de Fabio Martínez, el novelista caleño que fue una de las nada más que cuatro personas (quien escribe estas líneas entre ellas) que acompañaron la primera hora de soledad en este paraje: “Una mañana de febrero llegó la noticia. Julio Cortázar había muerto. Fuimos al cementerio (Jack Lang, Ricardo Bada y el punkie de Malasaña conocen la historia).

Entonces, mientras corríamos un trago de güisqui frente a su tumba, nos dimos cuenta de que todo había terminado.
Al día siguiente, sin esperar a que terminara el invierno y nos atrapara una nueva primavera, cogimos el tren que nos condujo a Barcelona. Empezaba una nueva época. Nunca, como dijo Julio Cortázar en Las babas del diablo, se sabrá cómo hay que contar esto”.


Diez años después, el 12 de febrero de 1994, desde diez lugares distintos, uno por cada año de ausencia del Gran Cronopio, quince personas se pusieron en camino para encontrarse en los soportales –o mejor dicho: bajo el tramo techado– de la Rue de l’Hirondelle. En ese tramo techado fue donde tuvo lugar la escena inenarrable, y sin embargo tan bien narrada, del encuentro de Oliveira con la clocharde en el capítulo 36 de Rayuela. A esos quince cronopios los había convocado el autor de estas líneas, para rendirle a Cortázar un homenaje inusual y nada académico.


La estrella del grupo era la pintora mexicana Lirio Garduño. Sí, no hizo más que llegar y ya se posesionó física y visualmente del ancho de la Rue de l’Hirondelle, felizmente sin tránsito automotor, y pintó sobre su suelo, a todo ese ancho, con tiza de Sevilla, la rayuela más grande que se haya visto nunca en los Parises de la Francia y aún puede que en toda la ecúmene. Y felices como querubines, que así son los cronopios, los quince se pusieron a jugar a la rayuela en ese frío pero soleado sábado. Hasta que decidimos poner proa de Metro al cementerio de Montparnasse, entre otras razones porque se había acabado el rioja aportado por el cronista, para mayor ambiente y contra el cierzo.


Ya en el cementerio, el niño François Constantine Carvallo Baró, con una navaja multiuso suiza, se entretuvo en arrancar el musgo de una lápida, intentando leer el nombre del difunto.


El escritor chileno Lucho Sepúlveda
se lo reprochó como atentado ecológico.
Ante la tumba de Cortázar, minutos después, Lucho prendió dos fasos y embutió uno de ellos, vertical, en la juntura de las dos lápidas, la de Carol y la de Julio: quería que fumasen con nosotros. Y ahí se produjo la venganza de François Constantine: “No metas un cigarrillo ahí”, le gritó a Lucho. “Julio también fumaba”, le replicó el chileno. “Pues a lo mejor se murió de eso, de fumar”, le fulminó François Constantine. Pero no es verdad, François Constantine, no es verdad: Julio es una de las pocas personas que se han muerto de amor y de tristeza y de soledad, un cóctel mortal de necesidad. De a deveras. Aunque creo que aquél día, desde el cielo de la rayuela donde está, debió de sonreirnos y saludarnos con la mano para señalar que ya no está solo, que está con Carol, quien también nos miraría sonriendo.


Ese 12 de febrero de 1994, sábado, la efeméride dio lugar a los más diversos actos, en Madrid, Ciudad de México, Buenos Aires, qué sé yo. Sin embargo, estoy seguro de que la que mayormente estuvo concebida y llevada a cabo en el más puro espíritu cortazariano, fue el encuentro de los quince cronopios y su cronista en la Rue de l’Hirondelle.


El caso es que, como siempre, el síndrome japonés andaba rondando. Quiero decir que varios de los presentes portaban cámaras fotográficas. Y fotografiaron todo el proceso de la pintura de la rayuela y de los saltitos de aquellos querubines y serafines, del grupo cronopial. ¡Qué manera tan ingenua de retar a las potencias oscuras!


Uno de los fotógrafos fue Jean Pierre, el marido de Lirio, la pintora. Tres días después me confesaron anonadados que su cámara, una de esas desechables que se compran con el carrete puesto, no había funcionado para nada, tan sólo registró borrones, manchas, nebulosidades.


Y días más tarde, en Colonia, Bettina, otra de las cronopias que acudieron a la Rue de l’Hirondelle, me confesaba anonadada que su sofisticadísima cámara, de esas que tienen una docena de mecanismos y filtros, sometida a una temperatura como la de aquél día, –5°, había sufrido un proceso de congelación de sus líquidos lubricantes, con la consecuencia de que la pobre se limitó a filmarse a sí misma. En ese momento, un espeluzno me recorrió de la cabeza
a los pies. Mi rollo de película se encontraba en el taller de revelado.


Recordé, ya lo dije, espeluznado, tantas otras ocasiones en que el giro cronopial de la vida ha hecho que sucedieran las cosas más… ¿cómo llamarlas?… peregrinas, para bien o para mal. Recordé aquél cuento del propio Julio, El apocalipsis de Solentiname, en el que Julio llega a París con sus diapositivas hechas en la Nicaragua de Somoza, a la que entrara clandestinamente desde Costa Rica para acercarse a ver a Ernesto Cardenal en su santuario del archipiélago, donde Julio fotografió decenas y decenas de pinturas de las que hicieron célebres a los habitantes de aquellas islas, pero ahora, al recibir las diapositivas reveladas en París… ¿qué había pasado que las imágenes allí plasmadas no eran las de los cuadros de Solentiname sino las de las torturas de los esbirros del innoble Somoza y su Guardia Nacional? ¿qué rebelión había tenido lugar en el seno de las películas para que estas parieran en el laboratorio unos engendros que nunca contemplaron? Espero que comprendan el grado de mi inquietud y de mi intranquilidad al pensar en mi carrete en el taller de revelado y en lo sucedido con los carretes filmados por Jean Pierre y por Bettina.

Al día siguiente, cuando tuve en mis manos la secuencia completa de la pintada de la rayuela, de esa espléndida e irrepetible rayuela, de los saltitos de los cronopios, del grupo con o sin cronista, del rótulo de la Rue de l’Hirondelle reluciendo al sol frío de ese sábado de febrero, pueden creerme si les digo que se me quitó un peso, un insoportable peso, de encima. Respiré hondo, y ahí no más sonó el teléfono: me llamaba Sepúlveda desde París para contarme que volvió a pasar por la Rue de l’Hirondelle y que otras manos que no las nuestras habían vuelto a reproducir, sobre nuestra rayuela, otra nueva rayuela con otra tiza, una tiza de otro color.
Y que gente de paso por la calle se detenía a mirar el suelo, y de repente, y sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo (perdonen la redundancia), se ponían a recorrer a la pata coja desde la casilla TIERRA a la casilla CIELO. Al oírlo, no pude sino pensar que nunca se le ha hecho un homenaje más lindo a Julio Cortázar.


Espero que me disculpen: la modestia nunca fue mi fuerte.

LAURA GARCÍA.

LECTURAS: Las formas de la pereza



Tapa de "Las formas de la pereza"
Este título no sorprende, si tomamos en cuenta que su autor realizó esta compilación de sus principales ensayos, apuntes, notas y conferencias, mientras gozaba de una prestigiosa beca de creación, que le fue otorgada por el DAAD, durante un año, en Alemania. Tanto tiempo disponible, fue suficiente para ejercer el oficio de la pereza.

Pero no cualquier tipo de pereza. Por eso, no pasa desapercibido el ingenioso juego de precisiones sobre “la pereza”, “el aburrimiento” y “el ocio”, que se tratan en su respectivo ensayo, ese mismo que da nombre al libro y que observa que no se puede saber qué fue primero, si el huevo del ocio o la gallina del aburrimiento, pues finalmente, ambas formas provienen del bienestar.


Pero no solo de “la pereza”, se trata en este libro. Aquí hay un paseo por la literatura, el periodismo, la creación y los procesos que la intervienen, y hasta el amor (desde la perspectiva de la literatura, claro), como algunos de los tópicos sobre los que se posa la mirada, aguda (irónica, por supuesto) y pícara de su autor, Héctor Abad Faciolince.


El juego de contrastes para el conjunto de ensayos que habla de la relación de amor y matrimonio es interesante. Parte con un ensayo escrito en 2000, en donde el autor (felizmente casado) pasa revista al amor, según como lo ha tomado la literatura a lo largo de la historia, desde Lope de Vega y Quevedo, hasta Kant y Thomas Mann. En contraparte, viene luego un ensayo de 2006, el que se abre con una frase muy simpática “Los matrimonios felices, son tan comunes como los unicornios”.


Una de las grandes cualidades de este libro, es que sus ensayos, más que eso, se tornan conversaciones amenas, agradables, del autor, con otros autores, con otros estilos. Un diálogo sobre diferentes temas, pero siempre desde su experiencia como escritor, periodista, como creador, como artista.


Quiero subrayar especialmente lo que habla sobre la literatura y el periodismo. Es innegable que la observación del autor sobre estos temas, está alimentada por su experiencia, por el conocimiento de ambos y por la reflexión en torno a estos.


En el ensayo del libro que se titula Trece tesis sobre periodismo y literatura, la número 10 es de referirla completa:


Un periodista, si es empleado de un medio, está obligado a escribir. Si hay más publicidad, tiene que llenar una página nueva, con lo que sea. Los periódicos se han convertido en contenedores de publicidad, es decir, en una especie de rellena. La publicidad es el arroz de la morcilla; si el medio dispone de mucho arroz, los periodistas tienen que poner la sangre, y la deben sacar de donde sea. Los periodistas, decía Karl Kraus, no escriben porque tienen algo que decir, sino que tienen algo que decir porque escriben. Como están obligados a escribir, les toca decir algo. Ay del escritor que escriba sin tener nada que decir: se le nota. El periodista tiene que ser capaz de llenar una página, con lo que sea. También ocurre lo contrario, si se cae un aviso publicitario y rebaja el paginaje del medio, el periodista tiene que recortar el artículo que le costó sangre, como sea. El periodista no puede tener, y menos mal, la vanidad del escritor: no puede apegarse con amor a la integridad de su obra; tiene que ser capaz de echar mano de cualquier tema para aumentar una página.

Quizás nada nuevo, pero ayuda a comprender por qué el periodismo cobra mayor vida, si es potenciado con la literatura. El mismo autor nos da la pista en la tesis número uno del mismo ensayo: (…) Como siempre, lo problemático está en los casos de frontera: en los informes y crónicas que parecen cuentos, o en los cuentos y novelas que parecen reportajes. O más claramente aún, se le escapa una verdad en la tesis número seis: El diario íntimo, la biografía, la autobiografía, la narrativa de viajes, los epistolarios, son subgéneros literarios que comparten con el periodismo (quizás otro género literario) su característica factual.


En este libro se concentran apuntes, notas sueltas, ensayos finales, y también una conferencia que el autor dio para los alumnos de comunicación social de la Universidad Eafit, que resume una de sus experiencias más importantes, y sin duda la cara más visible de su trabajo el periodismo de opinión.


Las formas de la pereza, en verdad, no hace nada de honor a su título. No es un libro para aburrirse, ni tampoco lo es tanto para reflexionar sobre el aburrimiento. Más bien, vale la pena saltarse esa fase de la pereza y conversar con el autor; escucharlo atentamente. Está muy bien editado y algunos ensayos sorprenden por su actualidad, aún cuando fueron escritos hace ya varios años. Es el caso del ensayo sobre las telenovelas, esa expresión que es un monstruo de dos cabezas, escrito en 1991, pero asombrosamente vigente.


Y finalmente, para no perderse de este libro, el ensayo final: ¿Por qué es tan malo Paulo Coelho? La más acertada observación sobre un autor y una obra, que precisamente por ser mala, es tan complicada.

jueves, 21 de agosto de 2008

LLUIS BASSETS

21 agosto, 2008 - Lluís Bassets

Harold y Mohamed
A veces un escritor tiene la oportunidad e incluso la obligación del exceso. Le permite complacer a su público, y también actuar como revulsivo, motivo de controversia, de reflexión y de escándalo. Es lo que ha hecho el dramaturgo británico Harold Pinter con su discurso de recepción del premio Nobel de Literatura, que no pudo leer personalmente en la en trada de los premios en Estocolmo y tuvo que grabar en vídeo unos días antes (1). Sus palabras son una pieza maestra de vituperación antiamericana. No convencerán, por supuesto, a quienes creen que el derrocamiento del Sadam Husein justifica por sí solo los discutibles atajos de cualquier legalidad emprendidos por Bush con el auxilio de Blair.

Pero incluso quienes crean exagerada e incluso odiosa su imprecación tienen la ocasión de atender a un argumento. "Todos sabemos lo que ocurrió en la Unión Soviética y en toda la Europa del Este durante la posguerra: la brutalidad sistemática, las atrocidades sin cuento, la supresión despiadada del pensamiento independiente", dijo. "Pero mi argumento -añadió- es que los crímenes de Estados Unidos durante el mismo período han sido sólo superficialmente recogidos, y poco documentados, conocidos y reconocidos como crímenes. Creo que esto debe ser corregido y que la verdad tiene mucho que ver con el estado actual del mundo. A pesar de la presión que suponía la existencia de la URSS, las acciones de EE UU indican que actuó con el convencimiento de que tenía carta blanca para hacer lo que quería".

Este argumento afecta a dos cuestiones: una factual, y es que efectivamente EE UU, como no podía ser de otra forma, también ha cometido durante los años de la guerra fría abundantes y graves acciones indebidas; y otra de orden político, y es que, precisamente debido a la existencia de un mal mucho mayor como fue el comunismo, estas acciones han sido poco conocidas y difundidas. Todavía se podría extraer una conclusión de mayor vigencia: EE UU sigue actuando como si tuviera aquella carta blanca que le proporcionó la guerra fría, aunque las cosas ya hayan cambiado, de forma que parece inevitable que se empiece a exigir a la mayor y única superpotencia la ejemplaridad que precisamente le ha venido faltando.

El complemento al discurso airado y cascarrabias de Pinter es el que pronunció el mismo día el premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei, prudente y amable en el tono, pero contundente y práctico, como corresponde al director del Organismo Internacional de la Energía Atómica. La pobreza, asegura, está en el origen de numerosas "amenazas sin fronteras" que hay en el mundo. Y ahí va una cifra escalofriante: "De los 13 millones de muertes debidas a conflictos armados en los últimos diez años, 9 millones ocurrieron en el África subsahariana, donde viven los más pobres de los pobres". El nuevo Nobel se atreve también, aunque con delicadeza, con el argumento comparativo: "Analicemos nuestra actitud con respecto al carácter sagrado y el valor de la vida humana. Tras los ataques terroristas de septiembre de 2001 en Estados Unidos, todos sentimos una profunda congoja y expresamos nuestra ira por este crimen execrable, y con razón. Pero muchas personas desconocen hoy que, como resultado de la guerra civil en la República Democrática del Congo, 3,8 millones de personas han perdido la vida desde 1998".

El Baradei es una china en el zapato de Bush, tal como escribió Ernesto Ekaizer en El País con motivo de la decisión del jurado del Nobel. Desafió a la Casa Blanca al demostrar que el Irak de Sadam Husein no tenía ni podía obtener armas nucleares. Ha reivindicado las inspecciones y la diplomacia multilateral como método para combatir la proliferación de armamento nuclear, en vez de la guerra preventiva. Y lo que es más importante, y está entero en su discurso, su voz es un clamor contra las potencias nucleares, que vienen incumpliendo el compromiso de reducir ellas mismos su arsenal y se preocupan sólo de que no lo adquieran Irán y Corea del Norte. Ya es mucho controlar a los estados gamberros, pero no basta. Pinter y El Baradei se atreven a comparar. Todos tenemos derecho a comparar. La vida humana vale lo mismo en todas partes, y éste es el primero de los valores que decimos compartir y defender.

1.- Los premios Nobel de 2005 se entregaron el 10 de diciembre, y como cada año, el de la paz fue entregado en Oslo, donde El Baradei pronunció su discurso de aceptación, y el de Literatura, junto con el resto de modalidades (Física, Química, Medicina, Literatura y Economía.) en Estocolmo, adonde no pudo acudir Pinter por hallarse enfermo, aunque mandó su discurso grabado en vídeo.

domingo, 17 de agosto de 2008

Una de ladrones


José María Guelbenzu


BABELIA - 16-08-2008
En la batalla por la propiedad intelectual que se libra en internet, sabemos que pronto o tarde le va a tocar al mundo del libro y, en consecuencia, a la autoría de los libros, es decir, al pago de derechos a los autores.

Hemos visto el cambio radical que ha supuesto, en lo referente a la autoría, lo sucedido con la música. Los músicos, como sabemos, han desviado su línea de ingresos económicos hacia las actuaciones en directo porque el disco, si no está muerto, al menos se lame las heridas con resignada desesperación mientras busca alguna salida. La batalla planteada por el cobro del canon -una batalla mísera, porque a falta de una regulación real hablamos de monedas donde parece que se habla de esquilmación del consumidor- no merece una línea por ahora. Pero sí hay algo que merece atención: la idea, que empieza a difundirse, de que hay que explicar de manera convincente que hacerse de manera gratuita con el trabajo de un profesional es una forma de latrocinio incomprensiblemente aceptada por quienes no aceptarían el mismo trato respecto de su trabajo. ¿Por qué no se explicó en su momento? La información se mueve a tal velocidad hoy en día que antecede a la reflexión.

Pero el centro de este artículo no van a ser los autores sino, mire usted por dónde, los traductores. A los autores nos inquieta, sin duda, que un cibernauta se baje gratis el resultado de unos años de nuestro trabajo porque la merma de ingresos es grave y, en el caso de los novelistas, ya me contarán ustedes el futuro que tiene la actuación en directo. Todavía los poetas pueden pasar la gorra después de un recital, pero la lectura en vivo de un capítulo, por más emocionante que éste sea, no hay quien la aguante.

Pues bien, pensemos en el mejor de los casos: sociedades modernas en las que sus componentes manejan con mayor o menor soltura uno o dos idiomas además del suyo materno. ¿Qué podrían leer fuera de ellos si no existiera alguien que se ocupara de traducir los textos de la Literatura Universal? ¿Caeríamos en un deplorable etnocentrismo? Y ¿quién abona a un traductor su trabajo si el uso de éste se vuelve gratuito? Milan Kundera dijo una vez que la cultura occidental existe gracias a los traductores; y George Steiner completó esa afirmación con la frase: "Sin la traducción habitaríamos provincias lindantes con el silencio".

Yo soy un escritor de vocación que siempre ha trabajado en otra cosa para poder escribir, pero hoy los tiempos han cambiado y, si bien ahora se puede vivir modestamente del ejercicio de la literatura, por inercia vocacional quizá yo siguiera escribiendo -en recuerdo de los viejos tiempos- aunque tuviese que volver a buscarme un trabajo de supervivencia como antes de ahora. Pero ¿y el traductor? ¿Ese tipo gracias al cual podemos leer a Gogol o a W. G. Sebald o a la dama Murasaki Shikibu? Yo he conocido traductores que, por amor a la literatura, han trabajado a precios irrisorios para la calidad de la obra entregada, pero eso no quita que, por bajo que fuera su salario, éste le fuera abonado.

¿Quién pagará su trabajo en este mundo de ladrones cibernéticos? ¿O dejamos de leer y acabamos habitando en provincias lindantes con el silencio, pero, eso sí, gratis? -

MANUEL MARTIN - LOECHES.

ENTREVISTA: LIBROS - Entrevista Manuel Martín-Loeches
"Mente es un término tabú en ciencia"
MALÉN AZNÁREZ 16/08/2008


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El psicobiólogo mezcla genética, psicología y lenguaje en La mente del 'Homo sapiens'

El cerebro, se suele repetir, es todavía la gran incógnita, el desafío pendiente de la ciencia, junto con el espacio y los fondos abisales marinos. En los últimos años, y de la mano de las modernas técnicas de neuroimagen, el cerebro ha empezado a revelarnos tímidamente secretos de su funcionamiento hasta ahora ocultos. Es, sin duda, una de las incógnitas más apasionantes y seductoras para todo el que, como Ramón y Cajal, siente una vivísima curiosidad por lo que él llamaba "la enigmática organización del órgano del alma". Y sigue preguntándose por lo que éste tiene de particular; lo que nos diferencia de nuestro pariente cercano el chimpancé -con el que compartimos tantísimos genes-, o de los extinguidos neandertales a los que cada día descubrimos más cercanos a nosotros. En definitiva, qué es lo que nos hace humanos.

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"Yo no considero que fuera un gran salto genético. Simplemente se pudo manejar más información"

"La gente confunde la mente con la consciencia, pero en la mente hay cosas que no son conscientes"
Y en este jardín florido nos introduce el psicobiólogo Manuel Martín-Loeches en su nuevo libro La mente del 'Homo sapiens', para sumergirnos en esa especie de magma en el que biología, genética, psicología, lenguaje y emociones se amalgaman para llegar a algo que, con perdón de los ortodoxos, solemos llamar mente. Martín-Loeches, 44 años, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y responsable del área de Neurociencia Cognitiva del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos (UCM-Instituto de Salud Carlos III), da pistas con el subtítulo El cerebro y la evolución humana, de por dónde van los tiros.

PREGUNTA. Por cierto, ¿qué es la mente?, porque habla mucho del cerebro y muy poco de la mente.

RESPUESTA. Trabajamos con conceptos que no están bien definidos y términos como mente, pensamiento o cognición se utilizan con mucha alegría. Mente es un término tabú en ciencia, cuando yo estudiaba estaba prohibido. Hablando del libro con amigos, les decía, si me vieran mis profesores me excomulgarían por utilizar la palabra mente... Es algo que en psicología no se debe mencionar, hay que ir al proceso concreto del que se habla, memoria, inteligencia, atención o lenguaje, pero la mente no se sabe qué es. Es verdad que la gente confunde la mente con la consciencia, pero en la mente hay cosas que no son conscientes.

P. Usted afirma que es el pensamiento, pero a continuación dice que no sólo...

R. Utilizo el término en el sentido que lo usa todo el mundo, como una especie de cajón de sastre. Cuando no hablamos del cerebro hablamos de la mente y metemos todo eso: ciencia, lenguaje, razonamiento, toma de decisiones, consciencia. Lo que no es cerebro es mente.

P. En su libro, tras diversas teorías de lo que nos hace humanos hay otros tantos "sí, pero", para concluir que sólo hay una suma de procesos, o sea, la evolución.

R. Exacto, lo que parece tan impresionante en realidad es un acúmulo gradual. Hay mucha gente que piensa que el que seamos como somos ahora se debe a que nuestra especie, que como los neandertales estuvo muchos años con una mente muy rudimentaria, de repente tuvo un chispazo y surgió el lenguaje, el arte, la religión... Eso lo desmiente el libro, ésa es la idea central y lo más novedoso.

P. Pero insiste en que, en cierto momento, hubo un salto genético que hizo posible la mente humana moderna. Ese gran salto genético, ¿en qué consistió?

R. Yo no considero que fuera un gran salto. ¿En qué consistió? La respuesta es muy sencilla, simplemente en que se pudo manejar más información.

P. En la famosa memoria operativa.

R. Sí, en la memoria operativa o de trabajo, la capacidad de trabajar con cosas en la mente. Al tener mayor capacidad podemos trabajar con cosas más complicadas. Un ingeniero espacial ha de tener una capacidad bárbara para poder trabajar con un montón de datos a la vez, anticipar fallos, etcétera. Eso, suponemos, no lo podrían haber hecho los neandertales, aunque tenían una tecnología muy avanzada y un cerebro muy grande, con capacidad para muchas cosas.

P. Ese pequeño gran salto que llevó a la mente moderna y nos hizo diferentes, ¿cuándo se produjo?

R. Se baraja que fue hace 30.000 o 40.000 años, aunque otros autores lo extienden a 80.000 años. ¿Por qué hemos sido los humanos durante millones de años como éramos y, de pronto, parecemos unos seres tan espirituales? Choca tanto que piensas que tuvo que haber algo que al final nos hiciera como somos, pero ese pequeño gran salto es una cosa más. De lo que sí hay evidencia es de que hace unos 80.000 años debió de surgir una población en el este de África que dejó alguna de las primeras muestras de lo que ya puede entenderse como arte. Esa población se dispersó por el mundo y llegó a Australia y Europa. Después no ha habido más migraciones importantes, la población que llegó entonces es la misma que hay ahora en muchos sitios y son mentes modernas. Ha seguido habiendo evolución, cambios genéticos, y se supone que hay algunos que afectan al cerebro, pero que no son definitorios de lo que es la mente moderna.

P. ¿Y qué es, desde su punto de vista, lo que define la mente moderna?

R. En primer lugar, la capacidad para procesar información, para entender más cosas a la vez y trabajar con ellas, la capacidad de memoria operativa, eso define nuestra mente. Somos la especie con más memoria operativa. A partir de ahí, si hablamos de la mente moderna, tenemos un mejor lenguaje, más complicado; y un mejor pensamiento, más capacitado para manipular información. Más inteligencia en definitiva. Términos como inteligencia, memoria operativa, pensamiento, se mezclan mucho en la literatura científica, incluso el de consciencia, pero yo intento simplificar poniendo por un lado el lenguaje y por otro el pensamiento, los pilares de nuestra mente moderna. Tendemos a pensar que lo importante es el lenguaje, pero sólo es una herramienta para comunicar la información, lo fundamental es el pensamiento, que es lo que mueve las ideas. El lenguaje nos ayuda a tener una teoría de la mente, quizá uno de los rasgos más distintivos de nuestro pensamiento, mucho más desarrollada que en otros animales. Y tenemos teoría de la mente en el momento en que somos capaces de reconocer que los demás piensan de una forma diferente.

P. Y todo eso radica en la corteza cerebral, la gran protagonista.

R. Es lo que dicen los datos, porque nuestra corteza cerebral ha aumentado, en relación con los chimpancés, cuatro o cinco veces de tamaño, mientras que otras partes del cerebro lo han hecho dos. Con la corteza sólo no hacemos nada, pero es la gran respuesta.

P. Aquí sí que el tamaño importa...

R. Efectivamente, un cerebro más grande es un cerebro más inteligente. A lo largo de la evolución ha ido aumentando de tamaño y con ello las neuronas, porque vienen determinadas por el número de tejidos (es una suma matemática: tantos por centímetro cúbico). Luego un cerebro con más centímetros cúbicos tiene más neuronas y es más inteligente.


Manuel Martín-Loeches. La mente del 'Homo sapiens'. Aguilar. Madrid, 2008. 256 páginas.

sábado, 16 de agosto de 2008

CONFLICTO ENTRE RUSIA Y GEORGIA.

Rusia firma el plan de paz para solucionar el conflicto con Georgia
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, calificó ayers de "completamente inaceptables" las acciones de Rusia en Georgia
AGENCIAS - Moscú / Washington/ Tbilisi - 16/08/2008




El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha firmado hoy el plan impulsado por la UE para un alto el fuego provisional, aunque Moscú ha advertido de que sus tropas de paz no abandonarán las regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjazia. La firma del líder ruso se produce al día siguiente de que el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili hiciera lo mismo en Tbilisi, en presencia de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice.


Los rusos maniobran cerca de Tbilisi
Rusia se resiste a replegarse de Georgia
Georgia acepta con rabia el alto el fuego
Georgia
A FONDO
Capital: Tbilisi. Gobierno: República. Población: 4,630,841 (2008)
Guerra en el Cáucaso
GRAFICO - El Pais - 11-08-2008
- Guadalupe Cruz, Matías Cortina / PRISACOM



CONDOLEEZZA RICE

A FONDO
Nacimiento: 14-11-1954 Lugar: (Birmingham)
MIJAIL SAAKASHVILI


A FONDO
Nacimiento: 1968 Lugar: (Tiflis)



Antes de que Medvédev sucribiera el pacto, el subjefe del Estado Mayor ruso, Anatoli Nogovitsin, ha asegurado en una rueda de prensa que "Nunca renunciaremos a la presencia de nuestras tropas de paz en Osetia del Sur y Abjasia. Si renunciáramos ahora a cumplir nuestras funciones, quien garantizaría allí la seguridad". El general ha subrayado que Rusia se atiene al "acuerdo de 1992 -suscrito tras el fin de la guerra entre Georgia y Osetia-, que determina las tareas de las tropas de paz rusas en las zonas de conflicto".

En cuanto a las tropas rusas presentes actualmente en ciudades georgianas bajo control de Tbilisi, Nogovitsin ha dicho que tras la firma del pacto ayer por parte de Saakashvili, "existe la posibilidad" de abrir negociaciones al respecto. Las Tropas rusas aún mantienen el control sobre las ciudades de Gori, cerca de la frontera con Osetia del Sur, Sennaki y Zugdidi, que se encuentran a unos pocos kilómetros de la separatista Abjasia, y el puerto de Poti.

Además, blindados rusos han establecido hoy un nuevo puesto militar a la altura de la localidad de Caspi para cortar el tráfico entre Tbilisi y el norte del país. Georgia, por su parte, ha denunciado que las tropas rusas han destruido el principal puente de ferrocarril del oeste de Tbilisi, en una campaña de destrucción de infraestructura. Moscú lo niega.

Asimismo, el plan de arreglo impulsa por la presidencia francesa de la UE incluye el alto el fuego, la renuncia al uso de la fuerza y el libre acceso a la ayuda humanitaria, así como el regreso de las Fuerzas Armadas de Georgia a su lugar de emplazamiento habitual.

Además, las tropas rusas serán retiradas a la línea que existía antes del estallido del conflicto, aunque podrán tomar medidas de seguridad adicionales hasta la creación de los correspondientes mecanismos internacionales. Por último, se dará comienzo a un debate internacional para decidir los mecanismos para garantizar la seguridad de ambas regiones separatistas georgianas.

Este último punto suscitó distintas interpretaciones, pues Georgia ve en él la promesa de una fuerza de paz internacional, mientras Moscú considera que así se reconoce la necesidad de buscar un nuevo estatus para las regiones separatistas.

"Bush: "Completamente incaceptable"

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, calificó ayer de "completamente inaceptables" las acciones de Rusia en Georgia y ha urgido a Moscú a poner fin a la crisis. En la segunda ocasión a lo largo de este día en el presidente estadounidense se refirió a la crisis de Georgia, lo que demuestra hasta qué punto a Washington le preocupan las intenciones de Moscú, Bush subrayó que "el mundo ha visto con inquietud cómo Rusia invadía un Estado soberano vecino y amenazaba a un Gobierno elegido democráticamente por su pueblo".

Estas declaraciones son parte del tradicional mensaje radiofónico que Bush pronuncia los sábados y que han sido adelantadas por la Casa Blanca este viernes. El presidente Bush tacha de "completamente inaceptable para las naciones libres del mundo las acciones emprendidas por Rusia en Georgia". Por ello, recomienda a Moscú que, "para comenzar a reparar el daño que ha causado a sus relaciones con Estados Unidos, Europa y otros países, y para empezar a recuperar su lugar en el mundo", "actúe para acabar con esta crisis".

En este discurso radiofónico, Bush tambien anuncia que la próxima semana enviará a Bruselas a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice,
para que se reúna con los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la OTAN. Rice ya ha mantenido encuentros con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que ha elaborado el plan de paz para Rusia y Georgia, y con el presidente de Georgia. Ahora partirá a Crawford (Texas, Estados Unidos) para reunirse con Bush en su rancho.

martes, 5 de agosto de 2008

Lana Montalban, Periodista dijo
05 Agosto 2008, 17:40
Angel,
muy bueno tu escrito y tus fotos.
Agrego lo que puse en mi blog, asi tus lectores tienen la oportunidad de leerlo.
Un abrazo,
Lana

Se que para cuando reciban esta carta, lo que cuento será "historia vieja".
Pero igual quería transmitirla.
Hoy escribo desde Miami, donde resido hace 6 años, y a donde regrese ayer sábado 2 de agosto, después de pasar un par de semanas en Buenos Aires.

El jueves 31 de julio hable con Orlando Barone y Beatriz Trento, y al preguntarles por nuestro común amigo Celis, me dijeron que ya estaba muy mal y que no pensaban que pasara de una semana más de vida...

Lo llame y a través de una persona que lo cuidaba, le trasmití el siguiente mensaje:"dígale por favor que lo quiero mucho, que lo admiro mucho y que le deseo lo mejor".
Según leo, al día siguiente lo internaron y el sábado falleció.

Quiero contarles que a Celis y a su maravillosa segunda esposa, Iris, los conocí en New York, donde todos residíamos en la década de los 80.
Ambos me tomaron como una especie de "hija adoptiva". Me invitaban a cuanta recepción hicieran (y hacían muchas!), tanto en su casa como en su estudio sobre la Broadway.
Comíamos las delicias macrobióticas que cocinaba Iris y siempre escuchábamos las fascinantes historias que Celis contaba.
Infaltable: el llevaba en su bolsillo una bolsita de plástico con peperoncinos, una especia súper picante que el agregaba a casi todo!

El maestro me había contado que hacia años no daba mas clases, porque -según decía- los alumnos absorbían mucha de su energía creadora, pero no le daban nada a cambio.
Un día le comente que yo tenía un "cuadro en mi cabeza" que me encantaría poder pintar, pero que no tenía la menor idea de como proceder para lograrlo.
Celis, con su generosidad sin comparación, me dijo: venite este sábado a la mañana a mi estudio. Era agosto de 1991.

Allí fui, sin saber que me esperaba, y sin saber que esa experiencia que estaba por vivir me ayudaría en mi faceta creativa por el resto de mi vida.
Llegue temprano, como es mi costumbre. Iris había dejado algunas delicias de desayuno.
Celis me llevo a recorrer muchas galerías de arte del Soho, una zona netamente artística de Manhattan, y en cada una , me mostraba los cuadros y me explicaba con que técnicas habían sido realizados.

Luego fuimos a una librería artística llamada Pearl, y me indico que cosas comprar: desde los básicos pinceles y los colores, hasta la tela, las maderas y las herramientas para armar mis propios bastidores.

Cargados con esos tesoros en las manos, regresamos a su estudio.

Allí, me sentó frente a un televisor, en el cual un video lo mostraba al maestro Pérez Celis, pintando uno de sus cuadros. Desde el principio hasta la obra finalizada.

Al finalizar, ambos arrodillados en el piso de madera, me enseño a armar el bastidor.

Con el bastidor armado, las pinturas y los pinceles en mi camioneta, la cabeza llena de información fresca y el corazón rebosante de entusiasmo, partí hacia mi departamento de la calle 54.

Entusiasmada, descolgué un poster y lo reemplacé por el lienzo blanco recién armado.
Eran las 8 de la noche.
Sin parar ni para comer, trabaje sobre esa tela mágica hasta las 14:30 del día siguiente: había logrado lo que me parecía un milagro: había puesto en pintura, la imagen que tenía hacia meses en mi cerebro.

Feliz, lo llame y le conté. No se que habrá pensado. Quizás pensó que había hecho un mamarracho lógico de una estudiante de una sola clase. No lo se. Pero yo seguí pintando y en la navidad de ese año, los invite a mi casa para la Nochebuena.
Cuando Celis entro a mi departamento y vio mis cuadros, quedo muy asombrado y me lleno de elogios.
El mejor elogio de todos , fue cuando me pregunto "como hiciste esto"? refiriéndose a una técnica que había creado.

Cuando en 1992 me fui a vivir a Argentina, seguimos en contacto.
En 2002, cuando con mi marido decidimos irnos a vivir a Miami, Celis, ya viudo de Iris y casado en terceras nupcias con la maravillosa Tamara, me prestaron su auto por una semana, para que fuera a buscar vivienda, escuela para mi hija, etc.
Como siempre, una persona generosa.

Compartimos muchas cenas y charlas divertidas.
Siempre me hacia contar la "anécdota" de su "clase magistral" de un día.
Y yo, gustosa de consentirlo, lo hacia.

Hoy, el cielo esta contento, porque recibieron a un ángel que ya había sacado sus alas mucho antes de ascender.

Querido maestro: te extrañaré.

Lana Montalban

EL DILEMA DEL PRISIONERO

Inicio
05 Ago 2008
El Dilema del Prisionero
05 Ago 2008 | Por don-acerrimo | # Enlace permanente El Dilema del Prisionero es un experimento mental diseñado para ilustrar problemas de racionalidad colectiva. Se trata de lo siguiente: dos sospechosos de un crimen son capturados y encerrados por separado, sin posibilidad de contacto entre ellos. La policía les ofrece a ambos el mismo trato. Si uno confiesa sale libre, mientras que el otro recibe cadena perpetua, lo mismo ocurre en el caso contrario. Si los dos eligen confesar, reciben penas menores a perpetua, pero muy superiores a las que recibirían si ambos guardaran silencio, que equivale a cero.
La situación que el experimento apunta a revelar es un conflicto entre el comportamiento racional individual y lo que ocurre cuando existen otros actores, situación típicamente social. En el dilema, lo racional para cada uno de los prisioneros es maximizar su utilidad esperada, es decir, confesar. Pero dado que su suerte también depende de la de su cómplice, resulta que lo que es óptimo hacer en un contexto aislado, es subóptimo cuando otros actores entran al juego.
Un ejemplo más actual es el de la soja. Con los precios por las nubes es absolutamente irracional no sembrar soja, pero dado que la planta termina destruyendo al suelo, resulta que a largo plazo salimos todos perjudicados. Otra vez, lo que aisladamente nos aparece como una decisión óptima, termina perjudicándonos en el contexto de la big picture, igual que el prisionero cuando elige confesar.
En este punto es cuando entra el Estado. La idea es que exista un orden con la capacidad de sustraerse a las lógicas individuales, logrando así escapar al dilema del prisionero. Junto con este concepto de estado aparecen otros relacionados. Planeamiento, estrategia, largo plazo, objetivos beneficiosos para todos, lo cual equivale a decir para cada uno. En el caso de la soja, la idea de las retenciones apunta a volver disvaliosa su siembra: dado que los beneficios obtenidos disminuyen, son otros los cultivos que se vuelve racionales en términos de precio.
Los castigos a aquellos que se considera una conducta disvaliosa discurren por el mismo sendero. Se desalienta una conducta con la pena, volviendo racional no cometer el crimen.
Pero claro, dado que las decisiones del Estado son vinculantes (es decir, nadie puede sustraerse, en teoría) necesitamos que esos fines sean legítimos, para eso (otra vez, en teoría) existe el Parlamento.
Tenemos asi dos elementos: un rol para el Estado y una restricción para su accionar: las leyes, cuya sanción implica la aceptación por parte de los afectados de sus consecuencias (hace falta mencionar otra vez "en teoría"?)
Pero esto también es un formidable test básico para evaluar la acción de un gobierno. Los fines colectivos están, presumiblemente, dictados por la Constitución. Entonces, podemos evaluar si la acción gubernamental es útil a esos fines con dos simples preguntas: ¿Lo que el gobierno hace nos deja más cerca o más lejos de esos objetivos? (i.e. evita que nuestras decisiones individuales tengan las mismas consecuencias disvaliosas que en el dilema del prisionero?) y ¿es esto legítimo, es decir, ha sido hecho con el consentimiento de todos?Yo he aplicado estas preguntas al gobierno, pero mientras escribo esto el día todavía no ha empezado, y detesto deprimirme por las mañanas.


Algo que me preocupa y que es normal que no haya prestado atención a ello en estos momentos tan conflictivos de la política Argentina es lo que yo llamo la “verdadera política”, que es aquella de la que menos se habla ya sea en medios o a través de la acción expresa del gobierno. Convengamos que es natural que haya algunas cosas que ocultar, eso no lo niego.


En su momento me preocupo el nivel de conflictividad que utilizaba este gobierno para construir su poder. Escuche muchas voces aconsejándome modificar mi visión con el argumento de que la consolidación económica lograda desdecía lo que yo observaba, sin embargo me mantuve en esa postura hasta amargarme. Observe con cierta alegría que la conflictividad impulsada por el gobierno se escapaba por los poros del modelo instalado por el gobierno. La desidia en solucionar lo que ya se fue evidenciando un tiempo atrás derivó en una serie de graves conflictos entre ellos los del campo, con lo cual terminó de explotar una visión opositora del gobierno.


Un ejemplo claro de lo que estoy hablando que viene justo al caso del conflicto del gobierno con el campo es este: el año pasado cuando ya se tomó conciencia pública del proceso inflacionario que se estaba produciendo hubo un elevado aumento del precio de la papa (de un promedio de un peso llego a costar cinco). Ante esto la sociedad que en su promedio apoyaba ciegamente al gobierno comenzó a criticar esta situación que era insostenible, surgieron diferentes protestas y entre ellas se propuso una especie de huelga de consumidores de papa. Acordémonos que el gran proyecto del gobierno era justamente la expansión del consumo interno. El gobierno notando la crítica justo en su grupo de fieles, intervino una vez mas en el mercado para solucionar este conflicto, y una vez mas dejo muy mal visto al estado. La solución del gobierno fue la importación de papa para elevar la oferta y lograr que bajen los precios del mismo, siendo nuestro país un gran exportador de este producto.


La medida solucionó el problema, las voces críticas dejaron de oírse, pero lo que era evidente y de lo que no se habló es que esta solución no podía ser más que temporal.


Lo que quiero plantear es que si un conflicto sin importancia que se venía produciendo en nuestra economía afectando principalmente a la clase asalariada, el cual se intentó solucionar tardíamente nos demuestra que en ningún momento el gobierno tuvo como objeto plantear un debate de lo que urgía a nuestra economía.



El gobierno ya no puede esconder la gravedad de los conflictos que han surgido tras noticias de prosperidad económica gracias a su méritos, cuáles serán los verdaderos conflictos que no interesa solucionar o cuáles serán los reales objetivos de un gobierno al que la eficacia le es desconocida

COMO LA CÍA PUSO A SUS AGENTES EN LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA FRANCESA.

05 Ago 2008

Operación Sarkozy: Cómo la CIA puso uno de sus agentes en la presidencia de la República Francesa
Escrito por: horasur el 05 Ago 2008 - URL Permanente
Operación Sarkozy: Cómo la CIA puso uno de sus agentes en la presidencia de la República Francesa (Thierry Meyssan - rebelion.org)



(Thierry Meyssan es analista político, investigador y periodista francés)


Cansados de los larguísimos reinados de los presidentes Francois Mitterrand y de Jacques Chirac, los franceses eligieron a Nicolás Sarkozy con la esperanza de la energía de este último lograra revitalizar al país. Esperaban acabar así con años de inmovilismo y de ideologías obsoletas. Lo que obtuvieron fue una ruptura con los principios fundamentales de la nación francesa y ahora se han quedado estupefactos ante este «hiperpresidente», que todos los días embiste contra un nuevo asunto, que succiona a la derecha y a la izquierda, que trastoca todos los puntos de referencia sembrando así la confusión total.

Como niños que han hecho una gran travesura, los franceses están hoy demasiado ocupados buscando cómo disculparse como para tener tiempo de reconocer su propia ingenuidad y la envergadura de los daños. Y también se niega a hacer algo que tenían que haber hace mucho tiempo: admitir quién es realmente Nicolás Sarkozy.

Es verdad que estamos hablando de un hombre muy hábil. A la manera de un ilusionista, ha logrado desviar la atención del público hacia su vida privada, ofreciéndola como espectáculo y posando en las revistas de sociedad hasta hacer olvidar su trayectoria como político.

El objetivo de este artículo no es reprocharle a Nicolás Sarkozy sus relaciones familiares, sus amistades o sus relaciones profesionales. Lo que sí le reprochamos es haberle ocultado a los franceses los vínculos que lo atan, cuando sus compatriotas creían, erradamente, que estaban eligiendo a un hombre libre.

Para poder entender cómo fue que un hombre en el que todos ven hoy a un agente de Estados Unidos y de Israel logró convertirse en jefe del partido gaullista [partido fundado por el General Charles De Gaulle, héroe de la Segunda Guerra Mundial] y después en presidente de la República Francesa, es necesario mirar hacia el pasado. Tenemos que abrir un amplio paréntesis para presentar a los protagonistas que hoy están concretando su revancha.

- Secretos de familia.

En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, los servicios de inteligencia de Estados Unidos recurren al padrino mafioso italo-estadounidense Lucky Luciano, quien estaba en ese momento en prisión, para garantizar la seguridad de los puertos estadounidenses y preparar el desembarco de los Aliados en Sicilia, estamos en plena Segunda Guerra Mundial, los nazis retroceden en todos los frentes. El responsable de los contactos de Lucky Luciano con los servicios estadounidenses es Frank Wisner Senior. Más tarde, cuando el «padrino» es liberado y se exila en Italia, el encargado de mantener los contactos era su «embajador» Etienne Leandri [1] de origen corso [de la isla de Córcega en el Mediterráneo y departamento francés].

En 1958, Estados Unidos, preocupado ante la posibilidad de la victoria del FLN en Argelia [Frente de Liberación Nacional contra el colonialismo francés], hecho que abriría la puerta a la influencia soviética en el norte de África, decide planificar un golpe de Estado militar en Francia.

En la organización de esta operación participan de conjunto la Dirección de Planificación de la CIA –teóricamente bajo la dirección de Frank Wisner Sr.–y la OTAN. Pero Wisner ha sucumbido ya ante la demencia así que quien supervisa el golpe no es otro que su sucesor: Allan Dulles.

Desde Argel, un grupo de generales franceses crean un Comité de Salvación Pública, que presiona al poder civil –en París– y lo obliga a otorgar plenos poderes al general De Gaulle, sin tener que recurrir a la fuerza.

Pero Charles De Gaulle no es el peón que los anglosajones esperaban poder manejar. Al principio, De Gaulle trata de resolver la contradicción colonial concediendo una amplia autonomía a los territorios de ultramar en el seno de la Unión Francesa. Pero, es ya demasiado tarde para salvar el imperio francés porque los pueblos han dejado de creer en las promesas de la metrópoli y exigen la independencia. Luego de dirigir exitosamente feroces campañas represivas contra los independentistas, De Gaulle acepta lo que ya resulta evidente. Haciendo gala de una sabiduría política poco común, se decide a conceder la independencia a todas las colonias.

Aquellos que lo habían conducido al poder interpretan este brusco viraje como una traición. La CIA y la OTAN apoyan entonces todo tipo de conspiraciones para eliminarlo, entre ellas un golpe de Estado que fracasa y unos 40 intentos de asesinato. Pero algunos de sus partidarios aprueban su evolución política y crean el SAC, una especie de milicia destinada a protegerlo, milicia creada y dirigida por un tal Charles Pasqua.

Pasqua es simultáneamente truhán corso y ex combatiente de la Resistencia francesa contra los nazis. Casado con la hija de un traficante canadiense que se hizo rico en la época de la Ley Seca, Pasqua dirige la firma Ricard [licores] que, luego de haber comercializado una bebida prohibida –el ajenjo– se hace de una reputación de respetabilidad vendiendo anís.

Sin embargo, la firma sigue sirviendo de pantalla para todo tipo de tráficos relacionados con la familia italo-newyorkina de los Genovese –la familia del propio Lucky Luciano. No resulta entonces sorprendente que Pasqua recurra a Etienne Leandri (el «embajador» de Luciano) para reclutar a los esbirros que conformarán la milicia gaullista. Un tercer hombre desempeña también un papel protagónico en la formación del SAC: el ex guardaespaldas de De Gaulle, Achille Peretti –otro corso.

Bajo esa protección, De Gaulle traza con elegancia una política de independencia nacional. Confirma su permanencia en el bando atlántico a la vez que pone en tela de juicio el liderazgo anglosajón. Se opone a la entrada del Reino Unido en el Mercado Común Europeo (1961 y 1967); rechaza el despliegue de las tropas de la ONU en el Congo (1961); estimula a los Estados latinoamericanos a liberarse del imperialismo estadounidense (discurso de México, en 1964); expulsa a la OTAN de Francia y se retira del Comando Integrado de la Alianza Atlántica (1966); denuncia la guerra de Vietnam (discurso de Phnon Penh, Camboya en 1966); condena el expansionismo israelí durante la guerra de Seis Días (1967); se pronuncia a favor de la independencia de Québec (discurso de Montreal, en 1967); etc.

Simultáneamente, De Gaulle consolida el poderío de Francia al dotarla de un complejo militaro-industrial que incluye la fuerza de disuasión nuclear y garantizando su aprovisionamiento energético. A los incómodos «amigos» corsos, los aleja de su entorno confiándoles misiones el extranjero. Etienne Leandri se convierte así en el corredor del grupo ELF (conocido hoy como Total, principal grupo petrolero privado francés y cuarto en el mundo después de Exxon Mobil, Shell et BP), mientras que Charles Pasqua se convierte en el hombre de confianza de los jefes de Estado del África francófona.

Consciente de que no puede desafiar a los anglosajones en todos terrenos a la vez, De Gaulle se alía con la familia Rothschild. Designa como primer ministro al apoderado del banco Rothschild, Georges Pompidou. Ambos forman un eficaz equipo. La audacia política de De Gaulle no pierde nunca de vista el realismo económico de Pompidou.

Al dimitir De Gaulle, en 1969, Georges Pompidou ocupa brevemente la presidencia antes de morir víctima de un cáncer. Los gaullistas históricos no admiten el liderazgo de Pompidou y se inquietan de su tendencia anglófila. Lo denuncian como traidor cuando Pompidou, con el apoyo del secretario general de la presidencia francesa Edouard Balladur, permite la entrada de «la pérfida Albión» [2] en el Mercado Común Europeo.

- La fabricación de Nicolás Sarkozy.

Después de describir la escenografía, volvamos a nuestro personaje principal: Nicolás Sarkozy. Nacido en 1955, es hijo de un noble húngaro, Pal Sarkosy de Nagy-Bocsam, que llegó a Francia huyendo del Ejército Rojo, y de Andrée Mallah, judía proveniente en Tesalónica [Grecia]. Después de tener tres hijos (Guillaume, Nicolás y Francois), la pareja se divorcia. Pal Sarkosy de Nagy-Bocsa se casa de nuevo con Christine de Ganay, una aristócrata con la que tendrá dos hijos (Pierre-Olivier y Carolina). En vez de ser educado solamente por sus padres, Nicolás se verá sometido a los vaivenes de esta familia «reconstruida».

Su madre se convierte en secretaria de Achille Peretti. Después participar como cofundador en la creación del SAC, el guardaespaldas de De Gaulle había hecho una brillante carrera política. Resultó electo diputado y alcalde de Neuilly-sur-Seine, el más rico suburbio de París, y más tarde, presidente de la Asamblea Nacional.

Sin embargo, en 1972 Achille Peretti enfrenta graves acusaciones. La revista Time revela en Estados Unidos la existencia de una organización criminal secreta, «la Unión Corsa» que controla gran parte del tráfico de estupefacientes entre Europa y Estados Unidos. Se trata de la celebre «french connection» que Hollywood llevará posteriormente a la pantalla. Basándose en audiencias del Congreso y en sus propias investigaciones, Time menciona el nombre de un jefe mafioso, Jean Ventura, arrestado en años anteriores en Canadá y que no es otra cosa que el delegado comercial de Charles Pasqua en la firma Ricard. Se mencionan los nombres de varias familias como dirigentes de la «Unión Corsa», entre ellas el de la familia Peretti. Achille desmiente, pero se ve obligado a renunciar a la presidencia de la Asamblea Nacional francesa y sobrevive incluso a un «suicidio».

En 1977, Pal Sarkosy de Nagy-Bocsa se separa de su segunda esposa, Christine de Ganay, quien establece entonces una relación con el segundo hombre más importante de la administración central del Departamento de Estado estadounidense. Christine de Ganay se casa con él y se instala en Estados Unidos. El mundo es tan pequeño, cosa harto conocida, que su marido resulta ser nada más y nada menos que Frank Wisner Junior, hijo del anterior Frank Wisner. Aunque no se sabe cuáles eran las funciones de Frank Wisner Junior en el seno de la CIA, está claro que desempeña un papel importante. Nicolás, que se mantiene muy cerca de su madrastra, de su medio hermano y de su media hermana, comienza a volverse hacia Estados Unidos, donde participa en programas de formación que organiza el Departamento de Estado Norteamericano.

Durante este mismo período, Nicolás Sarkozy se une al partido gaullista. Allí se relaciona rápidamente con Charles Pasqua, quien no sólo es un líder a nivel nacional sino además el responsable de la sección departamental de Hauts-de-Seine.

En 1982, al terminar sus estudios de derecho y siendo ya miembro del colegio de abogados, Nicolás Sarkozy se casa con la hija de Achille Peretti. Charles Pasqua asiste a la boda como testigo del novio. El abogado Sarkozy defiende los intereses de los amigos corsos de sus mentores. Adquiere una propiedad en Córcega, en Vico, y estudia incluso la posibilidad de reemplazar la «y» de su apellido por una «i» para darle una consonancia corsa.

Al año siguiente, Nicolás Sarkozy resulta electo alcalde de Neuilly-sur-Seine, reemplazando a su tío político Achille Peretti, víctima de una crisis cardiaca.

Pero Nicolás no tarda en traicionar a su esposa y, a partir de 1984, sostiene una relación clandestina con Cecilia, esposa de Jacques Martín, el más conocido de los animadores de la televisión francesa de aquel entonces, a quien había conocido cuando los casó, en el ejercicio de sus funciones como alcalde de Neuilly. Esa doble vida durará 5 años antes de que los amantes abandonen a sus respectivos cónyuges para fundar una nueva familia.

En 1992, Nicolás actúa como testigo en el casamiento de la hija de Jacques Chirac, Claudia, con un editorialista del diario francés Le Figaro. Incapaz de contenerse, seduce a Claudia y sostiene una breve relación con ella mientras que sigue viviendo oficialmente con Cecilia. El marido engañado se suicida utilizando drogas. La ruptura entre la familia Chirac y Nicolás Sarkozy es brutal e irreversible.

En 1993, la izquierda francesa pierde las elecciones legislativas. El presidente Francois Mitterrand se niega a dimitir y comienza la cohabitación con un primer ministro de derecha. Jacques Chirac, que ambiciona la presidencia y planea entonces formar con Edouard Balladur un dúo comparable al de De Gaulle y Pompidou, se niega a asumir de nuevo el cargo de primer ministro y cede el paso a su «amigo de 30 años», Edouard Balladur.
A pesar de su turbulento pasado, Charles Pasqua se convierte en ministro del Interior. Mientras conserva el control de la marihuana proveniente de Marruecos, aprovecha su cargo para legalizar sus otras actividades tomando el control de casinos y de actividades como el juego y las carreras en los países de África de habla francesa, las antiguas colonias. También establece nexos en Arabia Saudita e Israel y se convierte en oficial honorario del Mossad [el servicio de espionaje israelí]. Nicolás Sarkozy, mientras tanto, es ministro del Presupuesto y portavoz del gobierno.

En Washington, Frank Wisner Junior se convierte en sucesor de Paul Wolfowitz [3] como responsable de la planificación política en el Departamento de Defensa. Nadie se fija o se da cuenta en los lazos que lo unen al vocero del gobierno francés.

Reaparece entonces en el seno del partido gaullista la tensión que ya se había vivido 30 años antes entre los gaullistas históricos y la derecha financiera que representa Balladur. La novedad es que Charles Pasqua, y junto a él el joven Nicolás Sarkozy, traicionan a Jacques Chirac para acercarse de la corriente de Rothschild. Todo degenera. El conflicto alcanzará su apogeo en 1995, cuando Edouard Balladur se presenta como candidato a la presidencia de la República Francesa contra su ex amigo Jacques Chirac, y resulta derrotado. Lo más importante es que, siguiendo las instrucciones de Londres y Washington, el gobierno de Balladur abre las negociaciones para la entrada de los Estados de Europa Central y Oriental, ya liberados de la tutela soviética, en la Unión Europea y la OTAN.

Reina la discordia en el seno del partido gaullista, donde los amigos de ayer están ahora dispuestos a matarse entre sí. Para financiar su propia campaña electoral, Edouard Balladur trata de apoderarse de la «caja negra», es decir, las reservas secretas del partido gaullista, que se esconde bajo la doble contabilidad de la empresa petrolera ELF. Apenas muerto el viejo Etienne Leandri, los jueces ordenan un registro en la empresa y sus dirigentes son encarcelados. Pero Balladur, Pasqua y Sarkozy nunca lograrán recuperar el botín.

- La caída en desgracia.

A lo largo de su primer mandato Jacques Chirac mantiene a distancia a Nicolás Sarkozy. Este último se mantiene en silencio durante este período de caída en desgracia. Muy discretamente, sigue cultivando sus relaciones con los círculos financieros.

En 1996, al cabo de un largo proceso de divorcio, Nicolás Sarkozy se casa con Cecilia. Los testigos de la boda son los millonarios Martín Bouygues y Bernard Arnaud (el hombre más rico de Francia). -

Último acto.

Mucho antes de la crisis iraquí, Frank Wisner Junior y sus colegas de la CIA planifican ya la destrucción de la corriente gaullista y el ascenso de Nicolás Sarkozy. La operación se desarrolla en tres tiempos: Primeramente, eliminación de la dirección del partido gaullista y toma del control de su aparato. Después, eliminación del principal rival de derecha e investidura del partido gaullista a la elección presidencial. Y finalmente, eliminación de todo contendiente serio de izquierda, para garantizar que la elección de Nicolás Sarkozy a la presidencia de la República Francesa.

La operación se desarrolla de la siguiente manera. Durante varios años, la prensa comercial mantiene pendiente una serie de revelaciones póstumas de un promotor inmobiliario. Antes de morir de una grave enfermedad, este hombre, por razones que nunca se han aclarado, grabó una confesión en video. Por alguna razón aún más oscura, el «video» fue a dar a manos de un jerarca del Partido Socialista, Dominique Strauss-Kahn [4] , quien lo envía directamente a la prensa.

Las confesiones de este individuo no dan a lugar a ninguna sanción judicial, pero abren la caja de Pandora. La principal víctima de los sucesivos escándalos será el primer ministro Alain Juppé. Para proteger a Chirac, Juppé asume él solo la responsabilidad por todas las infracciones penales. Al ser marginado Juppé, queda libre el camino para que Nicolás Sarkozy logre ponerse a la cabeza del partido gaullista.

Sarkozy explota entonces su posición para obligar a Jacques Chirac a reintegrarlo al gobierno, a pesar del odio recíproco. Se convierte, en definitiva, en ministro del Interior. ¡Grave error! Desde ese cargo, Sarkozy controla a los prefectos y utiliza a la policía política para penetrar las principales instituciones administrativas.

También se ocupa de los asuntos referentes a Córcega. El prefecto Claude Erignac ha sido asesinado. Aunque nadie reclama la autoría del crimen, inmediatamente se interpreta este como un desafío de los independistas corsos hacia la República. Al cabo de una larga persecución, la policía logra arrestar a un sospechoso fugitivo, Yvan Colonna, hijo de un diputado socialista. Pasando por alto el principio de presunción de inocencia, Nicolás Sarkozy anuncia el arresto acusando al sospechoso de ser el asesino. La oportunidad la pintan calva y sólo faltan dos días para la realización del referendo que el ministro del Interior organiza en Córcega para modificar el estatus de la isla. A pesar de todo, los electores rechazan el proyecto de Sarkozy que, según algunos, favorece los intereses de los mafiosos.

Aunque Yvan Colonna fue posteriormente encontrado culpable, lo cierto es que él siempre ha proclamado su inocencia y que no se encontraron pruebas materiales en su contra. Extrañamente, el hombre se refugió en el silencio, prefiriendo ser condenado antes que revelar lo que sabe.


Revelamos aquí que el prefecto Erignac no fue víctima de los nacionalistas sino que fue abatido por un asesino a sueldo, Igor Pecatte,
que fue llevado inmediatamente a Angola, donde el grupo ELF lo contrató como miembro de su cuerpo de seguridad. El móvil del crimen tenía que ver precisamente con las anteriores funciones del propio Erignac, responsable de las redes africanas de Charles Pasqua en el ministerio de la Cooperación. En cuanto a Yvan Colonna, se trata de un amigo personal de Nicolás Sarkozy desde hace décadas y sus hijos mantenían relaciones.

Estalla entonces un nuevo escándalo. Comienzan a circular listados falsos que acusan a varias personalidades de tener cuentas bancarias en Luxemburgo, en el banco Clearstream. Entre los acusados se encuentra Nicolás Sarkozy. Este presenta una denuncia y da por sentado que su rival de derecha en la elección presidencial, el entonces primer ministro Dominique de Villepin es el organizador de la maniobra. Y no esconde su intención de llevarlo a prisión.

En realidad, los falsos listados fueron puestos en circulación por miembros de la Fundación franco-americana, que tiene como presidente a John Negroponte y como administrador a Frank Wisner Junior. Lo que los jueces no saben, y que nosotros revelamos aquí, es que los listados fueron fabricados en Londres por un oficina común de la CIA y del MI6, Hakluyt & Co., administrada también por Frank Wisner Junior.

Villepin se defiende de las acusaciones que se le atribuyen, pero se ve sometido a una investigación y a un arresto domiciliario y, de hecho, es puesto temporalmente al margen de la vida política. Vía libre para Sarkozy, por el lado de la derecha.

Queda entonces neutralizar las candidaturas de oposición. Las cuotas de adhesión al Partido Socialista se reducen a un nivel simbólico, para atraer nuevos militantes.

De pronto, miles de jóvenes se enrolan en esa organización. Por lo menos 10,000 de estos nuevos militantes son en realidad miembros del Partido Trotskista «lambertista» (en referencia al nombre de su fundador, Pierre Lambert).

Históricamente esta pequeña organización de extrema izquierda se ha puesto al servicio de la CIA contra los comunistas estalinianos durante la época de la guerra fría (Se trata del equivalente del SD/USA de Max Shatchman, que formó a los neoconservadores en Estados Unidos). No es la primera vez que los «lambertistas» se infiltran en el Partido Socialista. Anteriormente, ya habían introducido en esa organización dos célebres agentes de la CIA: Lionel Jospin [5] (que se convirtió en primer ministro) y Jean-Christophe Cambadelis, el principal consejero de Dominique Strauss-Kahn .

Se organizan elecciones primarias en el seno del Partido Socialista con vista a la designación de su candidato a la elección presidencial. Dos personalidades participan en la competencia: Laurent Fabius y Segolene Royal. Pero sólo el primero representa un peligro para Sarkozy. Dominique Strauss-Kahn se suma entonces a la competencia con la misión de eliminar a Fabius en el último momento. Y lo logrará gracias a los votos de los «lambertistas» infiltrados, que no votarán por él sino por Royal.

La operación se hace posible porque Strauss-Kahn, de origen judío-marroquí, se encuentra desde hace tiempo en la nómina de Estados Unidos. Los franceses ignoran que imparte clases en la universidad estadounidense de Stanford, donde fue contratado nada más y nada menos que por Condoleezza Rice.

Inmediatamente después de su llegada a la presidencia, Nicolás Sarkozy y Condoleezza Rice concretarán su agradecimiento a Strauss-Kahn haciendo posible su elección para asumir la dirección del Fondo Monetario Internacional.

- Primeros días en el Palacio del Elíseo.

En la noche de la segunda vuelta de la elección presidencial, cuando los institutos de sondeos anuncian su probable victoria, Nicolás Sarkozy pronuncia un breve discurso dirigido a la nación desde su cuartel general de campaña. Luego, contrariamente a todo lo acostumbrado, en vez unirse a la celebración con los militantes de su partido, se va al Fouquet’s. Este célebre restaurante de los Campos Elíseos, antiguo centro de reunión de la «Unión Corsa» y hoy perteneciente al propietario de casinos Dominique Desseigne, fue puesto enteramente a la disposición del presidente electo para que este recibiera a sus amigos y principales donantes [de fondos] a su campaña. Llegan allí un centenar de invitados, entre ellos los hombres más ricos de Francia se codean con los dueños de casinos.

Después, el presidente se otorga a sí mismo unos días de merecido descanso. Un jet privado Falcón-900 lo lleva a la isla de Malta donde descansa en el Paloma, el yate de 65 metros de eslora de su amigo Vincent Bolloré, millonario formado en el banco Rothschild.

Finalmente, tiene lugar la investidura de Nicolás Sarkozy como presidente de la República Francesa. Lo primero que hace no es firmar un decreto de amnistía sino autorizar los casinos de sus amigos Desseigne y Partouche a aumentar la cantidad de tragamonedas.

Sarkozy conforma su equipo de trabajo y su gobierno. No resulta sorprendente encontrar en ellos a un sospechoso propietario de casinos (el ministro de Juventud y Deportes) y al cabildero de los casinos del amigo Desseigne (que se convierte en vocero del partido «gaullista»).

Nicolas Sarkozy se apoya principalmente en cuatro personas:

- Claude Guéant, secretario general de la Presidencia de la República. Es socio-gerente del banco Rothschild.

- Jean-David Lévitte, consejero diplomático. Hijo del ex director de la Agencia Judía. Fue embajador de Francia ante la ONU, hasta que Jacques Chirac lo sacó de ese puesto por considerarlo demasiado cercano a George Bush.

- Alain Bauer, el hombre que se mueve en la sombra. Su nombre no aparece en los anuarios. Es el encargado de los servicios de inteligencia. Nieto del Gran Rabino de Lyón, ex miembro del Grand Orient de France (la principal logia masónica francesa) y ex número 2 de la National Security Agency estadounidense en Europa.

- Frank Wisner Junior., nombrado entretanto como enviado especial del presidente Bush para la independencia de Kosovo, insiste para Bernard Kouchner [6] sea nombrado ministro de Relaciones Exteriores con una doble misión prioritaria: la independencia de Kosovo y la liquidación de la política de Francia en el mundo árabe.

Kouchner, judío de origen báltico, comenzó su carrera participando en la creación de una ONG humanitaria. Gracias al financiamiento de la National Endowment for Democracy participó en las operaciones de Zbigniew Brzezinski en Afganistán, junto a Osama Ben Laden y los hermanos Karzai, contra los soviéticos. En los años 1990 aparece junto a Alija Izetbegovic, en Bosnia Herzegovina. Fue Alto Representante de la ONU en Kosovo de 1999 a 2001.

Bajo el control del hermano menor del presidente Hamid Karzai, Afganistán se ha convertido en el primer productor mundial de adormidera [también llamada amapola].


El látex blanco que se obtiene de esta planta es procesado en Afganistán para convertirlo en heroína que la fuerza aérea estadounidense transporta posteriormente a Camp Bondsteed (en Kosovo). Allí los hombres de Hacim Thaci se encargan de la distribución, principalmente en Europa y eventualmente en Estados Unidos. Los fondos que se obtienen se destinan al financiamiento de las operaciones ilegales de la CIA.

Karzai y el propio Thaci son desde hace mucho amigos personales de Bernard Kouchner, que seguramente nada sabe de las actividades criminales de estos a pesar de los informes internacionales a los que éstas han dado lugar.

Para completar su gobierno, Nicolás Sarkozy nombra a Christine Lagarde como ministro de Economía y Finanzas. Esta hizo toda su carrera en Estados Unidos, donde dirigió el prestigioso gabinete de juristas Baker & McKenzie. En el seno del Center for International & Strategic Studies de Dick Cheney, Christine Lagarde fue copresidente –junto con Zbigniew Brzezinski– de un grupo de trabajo que supervisó las privatizaciones en Polonia. También organizó, trabajando para Lockheed Martin, un intenso cabildeo contra el fabricante francés de aviones Dassault, constructor de los famosos cazas Mirages.

Nueva escapada durante el verano. Nicolás, Cecilia, la amiga de ambos y sus hijos se van de vacaciones a Estados Unidos, en Wolfenboro, cerca de la propiedad del presidente Bush. Esta vez el que paga la cuenta es Robert F. Agostinelli, un banquero de negocios de Nueva York, sionista y neoconservador de pura cepa que se expresa en Commentary, la revista del American Jewish Committee [Comité Judío-Americano].

El éxito de Nicolás beneficia a su medio hermano Pierre-Olivier. Bajo el nombre americanizado de «Oliver», Frank Carlucci (quien fuera el número 2 de la CIA, luego de ser reclutado por Frank Wisner Senior) lo nombra director de un nuevo fondo de inversiones del Carlyle Group (la sociedad que gestiona simultáneamente las carteras de acciones de la familia Bush y de la familia Ben Laden). Convertido en el quinto negociante a nivel mundial, administra actualmente las principales cuentas de los fondos soberanos de Kuwait y Singapur.

La tasa de popularidad del presidente Sarkozy está en caída libre en los sondeos. Uno de sus consejeros de relaciones públicas, Jacques Seguela (que también es consultante en comunicación política de la NED para diferentes operaciones de la CIA en Europa Oriental), aconseja desviar la atención del público con nuevas «people stories».

El anuncio de su divorcio de Cecilia aparece entonces en Libération, el diario de su amigo Edouard de Rotshchild, para tapar las consignas de los manifestantes en un día de huelga general.

Peor aún, su comunicador organiza un encuentro con la artista y ex modelo Carla Bruni. Días después, se oficializa su relación con el presidente y la propaganda mediática tapa de nuevo las críticas políticas. Semanas más tarde se produce el tercer matrimonio de Nicolás. Esta vez escoge como testigos a Matilde Agostinelli (la esposa de Robert) y a Nicolas Bazire, ex director del gabinete de Edouard Balladur, convertido en socio-gerente del banco Rothschild.

¿Cuándo abrirán los ojos los franceses para ver lo que tienen que hacer?

(Notas):

[1] En Europa y en los EEUU, Leandri era el representante de Lucky Luciano, quien en prisión no podía viajar. Como Lucky Luciano reinaba en el imperio del crimen, él llamaba a Leandri su «embajador».

[2] Pérfida Albión es una expresión anglófoba utilizada para referirse al Reino Unido en términos hostiles. Fue acuñada por el poeta y diplomático francés de origen español Agustín Louis Marie de Ximénèz (1726-1817) en su poema L´ere des Français (publicado en 1793), en el que animaba a atacar a "la pérfida Albión" en sus propias aguas.

[3] Uno de los halcones neoconservadores y principales de la administración Bush, ex presidente del Banco Mundial, obligado a la demisión por nepotismo.

[4] Dominique Strauss-Kahn, uno de los principales líderes históricos del Partido Socialista Francés, traiciona a los suyos, apoya a Nicolás Sarkozy y es nombrado Presidente del FMI (Fondo Monetario Internacional).

[5] Lionel Jospin, otro líder histórico del Partido Socialista Francés.

[6] Bernard Kouchner, miembro del Partido Socialista Francés, traicionó a sus correligionarios aceptando el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Nicolás Sarkozy.

(fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68722)