martes, 5 de agosto de 2008

EL DILEMA DEL PRISIONERO

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05 Ago 2008
El Dilema del Prisionero
05 Ago 2008 | Por don-acerrimo | # Enlace permanente El Dilema del Prisionero es un experimento mental diseñado para ilustrar problemas de racionalidad colectiva. Se trata de lo siguiente: dos sospechosos de un crimen son capturados y encerrados por separado, sin posibilidad de contacto entre ellos. La policía les ofrece a ambos el mismo trato. Si uno confiesa sale libre, mientras que el otro recibe cadena perpetua, lo mismo ocurre en el caso contrario. Si los dos eligen confesar, reciben penas menores a perpetua, pero muy superiores a las que recibirían si ambos guardaran silencio, que equivale a cero.
La situación que el experimento apunta a revelar es un conflicto entre el comportamiento racional individual y lo que ocurre cuando existen otros actores, situación típicamente social. En el dilema, lo racional para cada uno de los prisioneros es maximizar su utilidad esperada, es decir, confesar. Pero dado que su suerte también depende de la de su cómplice, resulta que lo que es óptimo hacer en un contexto aislado, es subóptimo cuando otros actores entran al juego.
Un ejemplo más actual es el de la soja. Con los precios por las nubes es absolutamente irracional no sembrar soja, pero dado que la planta termina destruyendo al suelo, resulta que a largo plazo salimos todos perjudicados. Otra vez, lo que aisladamente nos aparece como una decisión óptima, termina perjudicándonos en el contexto de la big picture, igual que el prisionero cuando elige confesar.
En este punto es cuando entra el Estado. La idea es que exista un orden con la capacidad de sustraerse a las lógicas individuales, logrando así escapar al dilema del prisionero. Junto con este concepto de estado aparecen otros relacionados. Planeamiento, estrategia, largo plazo, objetivos beneficiosos para todos, lo cual equivale a decir para cada uno. En el caso de la soja, la idea de las retenciones apunta a volver disvaliosa su siembra: dado que los beneficios obtenidos disminuyen, son otros los cultivos que se vuelve racionales en términos de precio.
Los castigos a aquellos que se considera una conducta disvaliosa discurren por el mismo sendero. Se desalienta una conducta con la pena, volviendo racional no cometer el crimen.
Pero claro, dado que las decisiones del Estado son vinculantes (es decir, nadie puede sustraerse, en teoría) necesitamos que esos fines sean legítimos, para eso (otra vez, en teoría) existe el Parlamento.
Tenemos asi dos elementos: un rol para el Estado y una restricción para su accionar: las leyes, cuya sanción implica la aceptación por parte de los afectados de sus consecuencias (hace falta mencionar otra vez "en teoría"?)
Pero esto también es un formidable test básico para evaluar la acción de un gobierno. Los fines colectivos están, presumiblemente, dictados por la Constitución. Entonces, podemos evaluar si la acción gubernamental es útil a esos fines con dos simples preguntas: ¿Lo que el gobierno hace nos deja más cerca o más lejos de esos objetivos? (i.e. evita que nuestras decisiones individuales tengan las mismas consecuencias disvaliosas que en el dilema del prisionero?) y ¿es esto legítimo, es decir, ha sido hecho con el consentimiento de todos?Yo he aplicado estas preguntas al gobierno, pero mientras escribo esto el día todavía no ha empezado, y detesto deprimirme por las mañanas.


Algo que me preocupa y que es normal que no haya prestado atención a ello en estos momentos tan conflictivos de la política Argentina es lo que yo llamo la “verdadera política”, que es aquella de la que menos se habla ya sea en medios o a través de la acción expresa del gobierno. Convengamos que es natural que haya algunas cosas que ocultar, eso no lo niego.


En su momento me preocupo el nivel de conflictividad que utilizaba este gobierno para construir su poder. Escuche muchas voces aconsejándome modificar mi visión con el argumento de que la consolidación económica lograda desdecía lo que yo observaba, sin embargo me mantuve en esa postura hasta amargarme. Observe con cierta alegría que la conflictividad impulsada por el gobierno se escapaba por los poros del modelo instalado por el gobierno. La desidia en solucionar lo que ya se fue evidenciando un tiempo atrás derivó en una serie de graves conflictos entre ellos los del campo, con lo cual terminó de explotar una visión opositora del gobierno.


Un ejemplo claro de lo que estoy hablando que viene justo al caso del conflicto del gobierno con el campo es este: el año pasado cuando ya se tomó conciencia pública del proceso inflacionario que se estaba produciendo hubo un elevado aumento del precio de la papa (de un promedio de un peso llego a costar cinco). Ante esto la sociedad que en su promedio apoyaba ciegamente al gobierno comenzó a criticar esta situación que era insostenible, surgieron diferentes protestas y entre ellas se propuso una especie de huelga de consumidores de papa. Acordémonos que el gran proyecto del gobierno era justamente la expansión del consumo interno. El gobierno notando la crítica justo en su grupo de fieles, intervino una vez mas en el mercado para solucionar este conflicto, y una vez mas dejo muy mal visto al estado. La solución del gobierno fue la importación de papa para elevar la oferta y lograr que bajen los precios del mismo, siendo nuestro país un gran exportador de este producto.


La medida solucionó el problema, las voces críticas dejaron de oírse, pero lo que era evidente y de lo que no se habló es que esta solución no podía ser más que temporal.


Lo que quiero plantear es que si un conflicto sin importancia que se venía produciendo en nuestra economía afectando principalmente a la clase asalariada, el cual se intentó solucionar tardíamente nos demuestra que en ningún momento el gobierno tuvo como objeto plantear un debate de lo que urgía a nuestra economía.



El gobierno ya no puede esconder la gravedad de los conflictos que han surgido tras noticias de prosperidad económica gracias a su méritos, cuáles serán los verdaderos conflictos que no interesa solucionar o cuáles serán los reales objetivos de un gobierno al que la eficacia le es desconocida

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