jueves, 20 de noviembre de 2008

11 Nov 2008

Democracia y boruca
Escrito por: Ángeles Mastretta el 11 Nov 2008 - URL Permanente
Estoy cansada de un modo raro. Cansada por anticipado.


No es lo que he hecho lo que me tiene exhausta,sino lo que me falta por hacer.
Aunque lo disimule bien, odio dar conferencias. No tengo ninguna certeza de que sirva para disertar sobre las ocurrencias ajenas. ¿Y qué son las conferencias sino el arte de hablar sobre lo que otros creen que uno debería saber?

Por ejemplo: para la celebraciones del cumpleaños ochenta de Carlos Fuentes, me ha tocado coordinar una mesa que lleva por nombre "El arte de ensayar". Yo no he hecho jamás un ensayo que no empiece o acabe con un cuento. Y no he hecho jamás un buen ensayo. Tampoco muero por hacerlo. Yo lo que sé, o pretendo saber, es contar historias. Hay cuatro mesas en torno al "Arte de novelar". A ninguna me invitaron. Y ya entrados en quejas debo aceptar que mejor así, porque tampoco tendría mucho que decir sobre el asunto. A mí lo que importa es dedicarme a eso: a novelar. Y llevo más de un año en otras cosas. Entregada al arte de perder el tiempo.

Digamos eso para no decir que hace rato que el tiempo me hace como quiere. Por lo pronto me tiene una parte del futuro tomado por discursos. Otra por el esfuerzo de responder preguntas para las que no debería tener respuestas. Y otra por la nostalgia.En lo últimos meses de su vida, mi madre me oía entrar a su casa y empezaba a reírse de mí. Y conmigo.

Me puso de sobrenombre "Boruca", apodo que me gané con creces. ¿Quién sabe de dónde saqué que hacer ruido iba a enmendarnos la tristeza? Seguramente del mismo sitio en que me salen ahora las ganas de quedarme callada días y días.De preferencia frente al mar. Descansando, de una vez, del futuro y sus demandas inciertas. ¿Cultura y democracia? ¿Cómo pueden ustedes imaginar que yo sea capaz de tejer un discurso con semejante matrimonio? Ya lo sé:no hay modo digno de vivir sin tal enlace. Como no hay sol sin luna. Pero ¿quince minutos con el tema? Como no acabe haciendo boruca, no sé qué tanto podré decir.
Y la boruca, desde lo de mi madre, me da nostalgia. Y la nostalgia cansa. Ha de ser por eso que ando cansada, temiéndole al futuro, con ganas de estar muda. Al menos un ratito, callada, frente al mar.

No hay comentarios: