lunes, 13 de octubre de 2008

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Pensar la contemporaneidad: mercado y pobreza


La comunidad blogger impulsa este 15 de octubre -dentro de la semana internacional de lucha contra la pobreza- una acción común para reflexionar y luchar contra la misma, a cómo de lugar, desde el lugar en que cada uno trabaja, estudia, vive, sobrevive: acciones concretas, reflexión sobre la situación.

Para empezar a cambiar el mundo, empecemos por cambiar de tema y por dar voz a estos datos de una realidad que abruma*:

Más de 1,000 millones de seres humanos viven con menos de un dólar al día


448 millones de niños sufren de desnutrición.


20% de la población mundial detiene el 90% de las riquezas.

Un niño de cada cinco no tiene acceso a la educación primaria.

80% de los refugiados son mujeres y niños.

Las mujeres ganan 25% menos que los hombres a competencias iguales.

876 millones de adultos son analfabetos, de los cuales dos tercios son mujeres.

Cada día, 30 000 niños de menos de 5 años mueren de enfermedades que hubieran podido ser evitadas.

En los países en desarrollo, más de un niño de cada diez no llegará a cumplir los 5 años.

Más de 500 000 mujeres mueren cada año durante el embarazo o en el parto.

42 millones de personas viven con el virus del SIDA, de las cuales 39 millones viven en países en desarrollo.

El HIV/SIDA es la principal causa de fallecimiento en África subsahariana.

Al horizonte del 2020, algunos países africanos podrían perder más de una cuarta parte de su población activa por causa del SIDA.

Más de 1,000 millones de personas no tienen acceso a agua potable


En África subsahariana, cerca de la mitad de la población no tiene acceso al agua potable.

2,400 millones de personas se ven privadas de instalaciones sanitarias satisfactorias.

En África subsahariana, una persona de cada tres sufre hambre crónica.

2,800 millones de personas, es decir, cerca de la mitad de la población mundial, viven con menos de 2 dólares al día.

*Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.


Blog Action Day 2008 Poverty from Blog Action Day on Vimeo

No puedo evitar cruzar esta información con lo que está sucediendo actualmente con los bancos de todo el mundo y me pregunto cuánto se verá afectado este desafío del milenio de reducir la pobreza a la mitad para 2015 por la caída de los mercados.

¿Y si en vez de usar el dinero para rescatar bancos, se lo usase para rescatar pobres?


Para pensar sobre el asunto, les propongo un texto de Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, publicado en la Red Voltaire:



"Los terremotos que sacudieron las Bolsas durante el pasado "septiembre negro" han precipitado el fin de una era del capitalismo. La arquitectura financiera internacional se ha tambaleado. Y el riesgo sistémico permanece. Nada volverá a ser como antes. Regresa el Estado.



El desplome de Wall Street es comparable, en la esfera financiera, a lo que representó, en el ámbito geopolítico, la caída del muro de Berlín. Un cambio de mundo y un giro copernicano. Lo afirma Paul Samuelson, premio Nobel de Economía: "Esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la URSS fue para el comunismo". Se termina el periodo abierto en 1981 con la fórmula de Ronald Reagan: "El Estado no es la solución, es el problema". Durante treinta años, los fundamentalistas del mercado repitieron que éste siempre tenía razón, que la globalización era sinónimo de felicidad, y que el capitalismo financiero edificaba el paraíso terrenal para todos. Se equivocaron.

La "edad de oro" de Wall Street se ha acabado. Y también una etapa de exuberancia y despilfarro representada por una aristocracia de banqueros de inversión, "amos del universo" denunciados por Tom Wolfe en La Hoguera de las vanidades (1987). Poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo. Por la búsqueda de beneficios exorbitantes. Dispuestos a todo para sacar ganancias: ventas a corto abusivas, manipulaciones, invención de instrumentos opacos, titulización de activos, contratos de cobertura de riesgos, hedge funds... La fiebre del provecho fácil se contagió a todo el planeta. Los mercados se sobrecalentaron, alimentados por un exceso de financiación que facilitó el alza de los precios.

La globalización condujo la economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual, inmaterial. La esfera financiera llegó a representar más de 250 billones de euros, o sea seis veces el montante de la riqueza real mundial. Y de golpe, esa gigantesca "burbuja" ha reventado.

El desastre es de dimensiones apocalípticas. Más de 200.000 millones de euros se han esfumado. La banca de inversión ha sido borrada del mapa. Las cinco mayores entidades se han desmoronado: Lehman Brothers en bancarrota; Bear Stearns comprado, con la ayuda de la Reserva Federal (Fed), por Morgan Chase; Merril Lynch adquirido por Bank of America; y los dos últimos, Goldman Sachs y Morgan Stanley (en parte comprado por el japonés Mitsubishi UFJ), reconvertidos en simples bancos comerciales.

Toda la cadena de funcionamiento del aparato financiero se ha colapsado. No sólo la banca de inversión, sino los bancos centrales, los sistemas de regulación, los bancos comerciales, las cajas de ahorros, las compañías de seguros, las agencias de calificación de riesgos (Standard&Poors, Moody's, Fitch) y hasta las auditoras contables (Deloitte, Ernst&Young, PwC).

El naufragio no puede sorprender a nadie. El escándalo de las "hipotecas basura" (subprime) era sabido de todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de la vivienda. Todo esto ha sido denunciado -en estas columnas- desde hace tiempo. Sin que nadie se inmutase. Porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban todo.

La Administración del Presidente George W. Bush ha tenido que renegar de ese principio y recurrir, masivamente, a la intervención del Estado. Las principales entidades de crédito inmobiliario, Fannie Mae y Freddie Mac, han sido nacionalizadas. También lo ha sido el American International Group (AIG), la mayor compañía de seguros del mundo. Y el Secretario del Tesoro, Henry Paulson (ex presidente de la banca Goldman Sachs...) ha propuesto un plan de rescate de las acciones "tóxicas" procedentes de las "hipotecas basura" por un valor de unos 500.000 millones de euros, que también adelantará el Estado, o sea los contribuyentes.

Prueba del fracaso del sistema, estas intervenciones del Estado -las mayores, en volumen, de la historia económica- demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace pagar a los pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, con empobrecerlos aún más.

Las autoridades norteamericanas acuden al rescate de los banksters ("banquero gangster") a expensas de los ciudadanos. Hace unos meses, el presidente Bush se negó a firmar una ley que ofrecía una cobertura médica a nueve millones de niños pobres por un coste de 4.000 millones de euros. Lo consideró un gasto inútil. Ahora, para salvar a los rufianes de Wall Street nada le parece suficiente. Socialismo para los ricos, y capitalismo salvaje para los pobres.

Este desastre ocurre en un momento de vacío teórico de las izquierdas. Las cuales no tienen "plan B" para sacar provecho del descalabro. En particular las de Europa, agarrotadas por el choque de la crisis. Cuando sería tiempo de refundación y de audacia.

¿Cuánto durará la crisis? "Veinte años si tenemos suerte, o menos de diez si las autoridades actúan con mano firme", vaticina el editorialista neoliberal Martin Wolf (1). Si existiese una lógica política, este contexto debería favorecer la elección del demócrata Barack Obama (si no es asesinado) a la presidencia de Estados Unidos el 4 de noviembre próximo. Es probable que, como Franklin D. Roosevelt en 1930, el joven Presidente lance un nuevo "New Deal" basado en un neokeynesianismo que confirmará el retorno del Estado en la esfera económica. Y aportará por fin mayor justicia social a los ciudadanos. Se irá hacia un nuevo Bretton Woods. La etapa más salvaje e irracional de la globalización neoliberal habrá terminado".


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This post is part of Blog Action Day 08 - Poverty



Publicado por Cristina Civale en Octubre 13, 2008 10:59 AM | Enlace permanente

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