lunes, 20 de octubre de 2008

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19 Oct 2008

Entrevista a Joan Margarit, Premio Nacional de Poesía 2008: "Sin poesía me hubiera tirado por el balcón"
Escrito por: horasur el 19 Oct 2008 - URL Permanente


Entrevista a Joan Margarit, Premio Nacional de Poesía 2008: "Sin poesía me hubiera tirado por el balcón" (Maria R. Aranguren - deia.com)

Joan Margarit, Premio Nacional de Poesía, reflexiona sobre el refugio en el que se cobija.

"Hay que escribir como se habla; no puedes hablar de cosas irreales si lo que estás buscando es amparo", sostiene.

Han sido unos días en los que le han colapsado el teléfono. El poeta catalán Joan Margarit (Sanauja, Lleida, 1938), ganador del Premio Nacional de Poesía 2008 por su libro Casa de Misericordia, encaja la expectación sin agobios: "Sólo faltaría". Al fin y al cabo, las llamadas remitirán-"siempre remiten las llamadas", sonríe- y tiene la convicción de que el galardón no le cambiará la vida. "Ni los poemas".

Escribe como habla. Lo dicen los críticos. ¿Debe la poesía contar historias? "La poesía debe ser buena", contesta sin pensarlo. Una novela puede empezar a interesa a partir de la página 50, pero no es lo mismo con un poema. "El poema arriesga más. Un poema es bueno o es malo. Te interesa y lo llevas a tu interior, o lo sueltas y lo olvidas".

El detonante de Casa de misericordia, también premio Nacional de la Crítica, Rosalía de Castro y Poesía de Catalunya, fue una exposición sobre los orfanatos de la posguerra española. "Ésa fue la anécdota, porque un libro de poemas no tiene tema". ¿Y si éste tuviera alguno? "Sería el de la intemperie en la que vivimos, entendiendo por intemperie todo lo que nos acecha, fuera y dentro de nosotros mismos, las angustias, las penas, los dolores... Todo este mundo exterior que es frío, agresivo".

Margarit se refugia de ese mundo en la poesía, porque para él, la poesía forma parte de su vida. "No sabría separarla. Mi vida sirve para hacer poesía, mi poesía habla de mi vida, sin mi vida no habría poesía y sin poesía me hubiera tirado por el balcón".

Habla de poemas, y se lanza advirtiendo antes que sólo quiere ofrecer una opinión, nunca sentar cátedra. "Actualmente, arriesgaría antes cogiendo al azar un libro de poesía en castellano o en catalán que un libro de poesía en francés".

Pregunta comodín. "¿Es buen momento entonces para la poesía?". "Es una buena época, sin que esto sea una consecuencia cultural, ni de país. Esas cosas son muy aleatorias. En un momento dado en un país florecen una serie de poetas y la cosa funciona. Luego, inexplicablemente, se va todo al cuerno. ¿Por qué se fue al cuerno la canción francesa? ¡Pues yo qué sé!", exclama.

- Inicios.

Las primeras cosas "escritas de verdad", asegura, le sucedieron a los 16 ó 17 años. Pegadas a su vida, una vida más allá del papel y la pluma. "Si escribes poemas has de tener una vida a partir de la cual escribir", comenta con cierto aire cansado cuando se le pregunta por la influencia de su profesión, la de arquitecto.

"Y tener una vida implica tener una vida afectiva, tener una vida moral, tener una vida económica, profesional, etc. etc. Me ha sido más útil ser de ciencias que de letras, eso sí", reconoce. "El cálculo lleva precisamente a eliminar lo sobrante, porque es evidente que una estructura óptima es aquella a la que no le sobra material, que resiste al máximo con el mínimo de material".


¿Por qué escribe en los idiomas que escribe?

"Yo empiezo los poemas siempre en catalán, porque es mi lengua materna, y si no los empiezo en catalán, no funcionan. Pero una vez están empezados y hay un primer borrador en catalán, empiezo un segundo borrador en castellano y los dos van a la vez trampeando hasta que acaba. Eso a mí me funciona así", apunta sin darle demasiada importancia.

Baudelaire decía que, si en medio de un poema el escritor tenía que buscar la palabra en el diccionario, era como si un soldado, en plena batalla, tenía que ir a buscar el manual de la escopeta. Margarit reitera: "Hay que escribir como se habla".

Y desmonta el tópico. No viste con la imagen de poeta abstraído. "A mí no me gustan los refugios virtuales. El refugio ha de ser real y, por tanto, no puedes hablar de cosas irreales si lo que estás buscando es amparo. El exterior es real, las penas son reales, la intemperie, las angustias... no puedes contestar a eso con una cosa virtual", asegura.

Y poco importan, en su opinión, las condiciones sociales o políticas. "La poesía se hace individualmente, y el poeta es individual, y el libro lo lee una persona individual, y todo esto es un proceso que no tiene nada que ver con la política", sostiene. Porque la política puede ir por un lado y el poeta por el otro. "No eres más feliz siempre en las épocas que políticamente son mejores. A lo mejor fuiste más feliz en el Franquismo, ¡yo qué sé! Claro, es que la vida es complicada".

- Lectores.

Y él no está nada descontento. Tiene "lectores y lectoras", especifica el género, por doquier. "No tengo la sensación de que sean pocos, ni nada de eso. El mes que viene saco un libro, que se titulará Misteriosamente feliz, y se editará con otro que es una nueva edición de un libro antiguo que se llama Joanna, y que sale con un CD para conmemorar los 10.000 ejemplares", explica. Dice que tiene suficiente. Y no cree que la poesía esté lejos de la sociedad. "10.000 lectores en catalán no creo que sea un público minoritario, ¿no?".

Es el Premio Nacional de Poesía 2008. Con el galardón en la mano, declara: un poema no es mejor porque a su autor le hayan dado un premio, el premio está en los ojos y en el corazón de los lectores". Así queda escrito
.

(fuente: http://www.deia.com/es/impresa/2008/10/19/bizkaia/kultura/508517.php)












Y digo yo:

Y sin embargo, no alcanzan los poetas para espabilar a los miserables piratas del Norte y proveer al ideal de equidad que venimos reclamando hace siglos hombres y mujeres de bien.

Cierta vez leí en una página web de poesía de España (me parece que era una de Extremadura) que se realizó un encuentro al que acudieron setenta poetas regionales.

Entonces, recuerdo perfectamente que comenté: "¿Cómo? ¿Hay setenta poetas en el mundo?"

Cual no sería mi sorpresa al enterarme que ante un hecho similar Paul Valery dijo exactamente lo mismo. También podría ser posible que se tratara de una mención de autor apócrifa sugerida por una poeta apadrinada por los montoneros de la misma gestión gubernamental de los perseguidores que tengo sobre mis espaldas hace dècadas. CIA o Anarcomarxistas.
Da lo mismo.

Si hubiera tantos poetas como premiados no estaría pasando lo que pasa y alguien podría haber abierto la boca, no para escribir versitos ni canciones y ganar fortunas sino para dar el paso necesario que nos permitiera crecer como sociedad humana civilizada. No hace falta mencionar que los "amigos" que cantan poemas de Margarit y los diarios que publican sus noticias y entrevistas son infinitamente cómplices del fraude.

Qué pena.


Lu

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